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MENS SANA IN CORPORE SANO: TAMBIÉN PARA MAYORES

Carlos Verdejo de Antonio y Miguel Ángel Maroto Serrano – Mens sana in corpore sano: también para mayores. Deporte en personas mayores.

 

¿SABÍAS QUE LA ACTIVIDAD FÍSICA PREVIENE EL DETERIORO COGNITIVO?

 

Mantenerse activos físicamente es positivo tanto para pacientes con Alzheimer como para mayores sanos.

Pero comencemos por el principio: ¿qué entendemos por “ejercicio físico” en personas mayores? Hablamos de actividades ligeras o moderadas adaptadas a sus necesidades. Es importante tener en cuenta la condición física de cada persona.

Por suave que sea, el movimiento aporta múltiples beneficios, hasta el punto de considerarse una terapia no farmacológica eficaz en pacientes con deterioro cognitivo.

En Ahora Centros impartimos gimnasia suave guiada por expertos y en grupos pequeños.

 

¿CUÁNTO EJERCICIO HACER?

La recomendación para los mayores de 65 años es:

  1. Hacer al menos 150 minutos de actividad física aeróbica moderada a la semana, o 75 minutos de actividad física aeróbica más intensa.
  2. Para obtener más beneficios, es posible combinar diferentes intensidades.
  3. Debe realizarse durante intervalos de, al menos, 10 minutos.
  4. La actividad física debe incluir fortalecimiento de músculos al menos 2 veces por semana. Mantenernos fuertes ayuda, además, a mejorar el equilibrio y prevenir caídas.
  5. Las personas con dificultades de movilidad deben realizar actividad física al menos 3 veces por semana para mejorar su funcionalidad.

Es importante no realizar sobre-esfuerzos si existen problemas de salud.

 

¿QUÉ EJERCICIO HACER?

El ejercicio aeróbico obtiene los mejores resultados en los estudios.

Es preferible que la actividad no sea muy intensa pero que se realice durante sesiones más largas.

Buenos ejemplos de deporte adecuado son nadar, montar en bici o, simplemente, andar.

 

¿POR QUÉ ES TAN POSITIVO EL EJERCICIO?

Diferentes estudios han comprobado que la actividad física mejora:

  1. La memoria inmediata y la diferida.
  2. El aprendizaje verbal.
  3. La velocidad de respuesta y de procesamiento de la información.
  4. La función ejecutiva.
  5. La ubicación espacial.
  6. La cognición global.

¿A QUÉ SE DEBEN ESTOS BENEFICIOS?

El ejercicio físico genera cambios en la estructura y la función cerebral. En palabras sencillas, el deporte genera una mayor reserva cognitiva.

Y si contamos con más “recursos” cerebrales…

  • Estaremos previniendo el Alzheimer.
  • En caso de sufrirlo ya, la enfermedad irá más lenta.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA SOBRE EL DEPORTE Y EL ALZHEIMER?

  1. Se han realizado estudios mediante resonancia magnética nuclear que relacionan la actividad física con un volumen mayor del hipocampo, una importante zona cerebral.
  2. El ejercicio físico disminuye la producción de la proteína beta-amiloide (Aβ). ¿Por qué tiene importancia? Porque esta proteína aparece en mayor cantidad en la corteza cerebral de pacientes con Alzheimer que en la de la población sana.
  3. Se ha demostrado que las personas con deterioro cognitivo que realizan ejercicio físico preservan mejor la corteza frontal, temporal y occipital que pacientes que no lo practican.
  4. Se ha observado un mayor volumen cerebral y de sustancia blanca en personas con Alzheimer que realizan ejercicio físico.

La actividad física no sólo tiene beneficios físicos, sino que contribuye a aumentar el bienestar y calidad de vida del paciente. Además de aportar salud física existe una mejoría en el dominio de las relaciones interpersonales, estabilidad emocional y autoestima.

 

¿QUÉ OCURRE EN EL CEREBRO MIENTRAS HACEMOS DEPORTE?

Durante la actividad física aeróbica hay un incremento de la irrigación sanguínea del cerebro y mejora la utilización del oxígeno y de glucosa, lo que provoca cambios positivos en funciones como el aprendizaje y la memoria.

Además, si se introduce una carga cognitiva durante el ejercicio puede aumentar la neuroplasticidad.

En conclusión, la actividad física es una medida excelente tanto para prevenir el deterioro cognitivo como para las personas que ya lo sufren.

 

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-Castro-Jiménez, L. E., & Galvis-Fajardo, C. A. (2018). Efecto de la actividad física sobre el deterioro cognitivo y la demencia. Revista Cubana de Salud Pública, 44, e979.

-González, J. L. S., & Arenillas, J. I. C. (2018). Calidad de vida y ejercicio físico: Estudio en una población mayor de 60 años. Calidad de vida, cuidadores e intervención para la mejora de la salud, 103.

-Márquez, N. M., Vergel, M. T. B., & Fernández, M. G. (2018). Promoción de la atención integral en la enfermedad de Alzheimer. Comps. Mª del Mar Molero José Jesús Gázquez Mª del Carmen Pérez-Fuentes Mª del Mar Simón, 77.

-Sánchez, M. Á. A., Ma, M. Á. B., & García-Casares, N. (2019). Efecto del ejercicio físico en la enfermedad de Alzheimer. Una revisión sistemática. Atención Primaria.

-Vargas, J. R. (2018). Deterioro Cognitivo Leve: del concepto a la planificación de ejercicio físico. Revista Terapéutica, 12(1), 16-26.