Beatriz Quero García y Miguel Ángel Maroto.

¿Es hora de dejar el volante? Riesgos y desafíos de la conducción en personas con deterioro cognitivo leve.

 

¿DEBERÍA UNA PERSONA CON DEMENCIA DEJAR DE CONDUCIR?

¿Cómo podemos saber si aún puede hacerlo de forma segura? ¿Qué riesgos y desafíos presenta la conducción en estas condiciones?

La conducción es un símbolo de independencia y autonomía, pero para aquellos que sufren de trastornos cognitivos o demencia puede suponer un riesgo significativo. En este artículo abordaremos estas preguntas para ofrecer información práctica que ayude a tomar decisiones informadas y responsables.

Conducir es una actividad compleja que requiere una serie de habilidades cognitivas y motoras para responder rápida y adecuadamente a las situaciones impredecibles que puedan ocurrir en la carretera. Las personas con demencia pueden experimentar cambios en su forma de procesar la información, en la memoria o en la coordinación de movimientos que pueden aumentar el riesgo a sufrir un accidente de tráfico, poniendo en peligro su integridad física y la de otros.

SEÑALES QUE PUEDEN INDICAR QUE SU CONDUCCIÓN SE HA VUELTO PELIGROSA

Tener un diagnóstico de demencia, ¿implica necesariamente que la persona deba dejar de conducir de forma inmediata? La naturaleza y gravedad de la enfermedad varían entre individuos y a lo largo del curso de la misma. Sin embargo, es importante que los cuidadores presten atención a ciertas señales que pueden indicar que su ser querido corre el riesgo de conducir de forma peligrosa:

  • Tener olvidos recurrentes de eventos recientes.
  • Sufrir cambios en el estado de ánimo.
  • Tener dificultades para realizar más de una tarea a la vez.
  • Tener problemas para estimar las distancias o la velocidad.
  • Perderse en rutas familiares.
  • Ralentización en sus reacciones.
  • Conducir de forma excesivamente lenta o haciendo detenciones innecesarias o en lugares inadecuados sin motivo aparente.
  • Ignorar o interpretar incorrectamente las señales de tráfico.
  • Tomar decisiones arriesgadas en la conducción.
  • Desviarse del carril.
  • Mostrar inquietud durante la conducción.
  • Tener dificultades para estacionar.
  • Confundir los pedales.

¿PUEDE SEGUIR CONDUCIENDO?

En España para obtener el permiso de conducir es necesario realizar un test psicotécnico que determina si posees las capacidades necesarias para conducir de manera segura y responsable. Este test consiste en una prueba psicomotora aprobada por el Ministerio de Salud. En él se realizan varias preguntas sobre la salud física y psíquica del individuo. Además, se realizan distintas pruebas de coordinación y movimientos, para ver el estado del sistema motriz, y, por último, una prueba oftalmológica.

En España el carné de conducir debe renovarse cada 10 años, sin embargo, a partir de los 65 años este periodo de vigencia se reduce a los 5 años. Adicionalmente, las personas diagnosticadas con trastornos cognitivos o demencia sufrirán una limitación en los años que deben renovar el permiso e incluir una evaluación médica y psicotécnica.

Si crees que un familiar o ser querido muestra alguna de las señales mencionadas anteriormente y, o bien no está diagnosticado con demencia, o no le toca renovar el permiso, existen evaluaciones cognitivas para conductores (DAB) vía online, que pueden ser una herramienta muy útil para evaluar si tiene las capacidades cognitivas y actitudes necesarias para una conducción eficiente.

El DAB consta de varias tareas neuropsicológicas digitalizadas, es apto tanto para jóvenes como para adultos o mayores y su duración es de entre 30 y 40 minutos. Es importante destacar que este test sirve para obtener información personal, pero en ningún caso sustituye el examen de conducción o el psicotécnico.

¿CÓMO LE DIGO QUE NO ES SEGURO QUE SIGA CONDUCIENDO?

Uno de los mayores desafíos a los que se expone un cuidador en estos casos es comunicar a un ser querido con demencia la necesidad de que deje de conducir.

En el caso ideal, puede ser consciente de sus problemas y entender la situación y los beneficios de dejar de conducir, incluso llegando a ser quien lo proponga. Por contra, puede sentirse atacado y percibir que le están quitando su independencia y, por ende, negarse a dejar de conducir.

Estos son algunos consejos que los cuidadores pueden seguir para facilitar esta conversación tan complicada:

  1. Empatizar con ellos y validar sus sentimientos, sin dejar de mantener la firmeza sobre la urgencia de dejar de conducir.
  2. Disminuir al mínimo el uso que hace el individuo del coche, pudiendo ser los familiares quienes se ofrezcan a llevarle o animándole a buscar nuevas alternativas de trasporte, manteniendo así su autonomía.
  3. No abordar la conversación abruptamente, sino ir mencionando el tema poco a poco para evitar que le tome desprevenido.
  4. Destacar los aspectos positivos de abandonar la conducción, como por ejemplo los gastos.

No obstante, hay ocasiones en las que a pesar de todo esto el paciente se sigue negando a dejar de conducir. En estos casos es posible que se tenga que llegar a tomar decisiones drásticas como retirarles las llaves del vehículo o incluso venderlo, si es posible.

Una vez expuestas las posibilidades que tenemos para que nuestro ser querido abandone la conducción, es fundamental destacar la importancia de que no abandone actividades placenteras que solía hacer o eventos sociales a los que solía asistir por las dificultades de desplazamiento o por sentirse una carga por necesitar que otra persona les lleve.

Debemos tratar de recordarle que no es una molestia ayudarle, porque aunque los cuidadores o familiares puedan tener esto claro, es un pensamiento que puede ser recurrente en ellos.

CONCLUSIONES

La conducción en personas con problemas cognitivos o demencia es un tema delicado.

Aunque la pérdida de independencia puede ser algo difícil de aceptar, la seguridad debe ser la prioridad. Por ello es fundamental hacer evaluaciones periódicas de su capacidad de conducción y valorar posibles alternativas de transporte, si fuese necesario. Aunque resulte complicado, son conversaciones que debemos afrontar con nuestro ser querido, pero siempre tratando de abordarlas con la mayor empatía y respeto posibles. Y recuerde, buscar la seguridad de un ser querido es una demostración de amor y no algo por lo que sentirse culpable.

 

“La seguridad de nuestros seres queridos es una responsabilidad que nunca termina, pero que nos da el propósito y la satisfacción de saber que estamos haciendo todo lo posible para protegerlos”.

– Barack Obama.

 

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BIBLIOGRAFÍA