Marta Tato y Miguel Ángel Maroto- Allí donde no llegan las pastillas.

TERAPIAS NO FARMACOLÓGICAS EN DEMENCIA

 

¿Has oído hablar de la TERAPIA DE REMINISCENCIA?

Es una terapia no farmacológica, es decir, que no se basa en medicación y que aporta beneficios a los pacientes de demencia. Hoy vamos conocerla mejor.

Empecemos por el principio. Hay tres conceptos clave que debemos tener claros: memoria, demencia y depresión. Vamos a acercarnos a su definición de un modo sencillo.

 

1. MEMORIA.
Es un proceso psicológico que sirve para adquirir, almacenar y recuperar información codificada.
Su buen funcionamiento depende de tres pasos:

1. Codificar la información que nos llega de los sentidos.
2. Almacenar esta información.
3. Recuperar la información cuando la necesitamos (Ballesteros, 1999).

 

2. DEMENCIA.
Es la pérdida progresiva de funciones mentales (memoria, orientación, razonamiento, juicio…) producida por diversos tipos de lesiones orgánicas del cerebro.
Este proceso reviste la suficiente gravedad como para que afecte al normal desenvolvimiento del paciente en la sociedad o en la familia (Mabel y Yadira, 2015).

 

3. DEPRESIÓN.
Es un trastorno del estado de ánimo donde hay desinterés o falta de motivación por las actividades habituales. También se caracteriza por tener un pensamiento pausado y, a menudo, por síntomas de retraso psicomotor.
Cuando aparece en personas mayores, se debilitan las funciones psicológicas y fisiológicas de la persona. ¿Qué ocurre si no tratamos la depresión adecuadamente? Que aumenta el deterioro social, cognitivo y funcional del paciente (Chilón, Alex y López, 2018).

 

¿HAY ALGUNA RELACIÓN ENTRE LA DEMENCIA Y LA DEPRESIÓN?

Claramente, sí. Se sabe que ambas guardan una relación significativa.
Hay alteraciones en la conducta de los pacientes con depresión que se pueden observar también frecuentemente en pacientes con demencia.
Por ejemplo, insomnio, lloro, tristeza, desesperanza, ansiedad, pérdida de interés y de energía, apatía, falta de motivación… todo ello, acompañado de abundantes quejas cognitivas (Fanch, Reglá y Pousa, 1999).

 

¿PODEMOS REDUCIR LA SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA EN PACIENTES CON DEMENCIA?

Aunque no existe cura para las demencias sí hay tratamientos que pueden aminorar los síntomas o disminuir su progreso (Cervantes, 2018).Una gran herramienta para lograrlo son las Terapias no Farmacológicas (TNF), así que vamos a conocerlas mejor.

Las TNF comenzaron a aplicarse en las demencias para paliar los efectos de estos procesos, a falta de tratamientos curativos. Hay numerosos estudios que afirman los beneficios de combinar un tratamiento farmacológico (medicación) a la vez que aplicamos TNF. Es decir, con esta combinación de tratamientos se pueden abordar los síntomas cognitivos y conductuales y estimular a los pacientes.

 

¿QUÉ LOGRAMOS CON LAS TNF?

Conseguimos que el paciente mejore la calidad de vida, la cognición, las actividades de la vida diaria (AVD), la conducta, la afectividad, el dominio físico-motor, el bienestar y calidad de vida del cuidador que le acompaña (Cervantes, 2018).

Es decir, son mejoras muy relevantes tanto para él o ella como para la persona que le cuida. Eso sí, es de gran importancia adaptar las TNF a las características de la persona a la que se dirige (Cervantes, 2018).

 

¿QUÉ TNF HAY?

Vamos a conocer algunas de ellas (Muñiz, Olazarán et al.,2015):

– Estimulación cognitiva:

Se basa en técnicas y estrategias para mejorar el rendimiento y eficacia de capacidades cognitivas como la memoria, la atención o la percepción.

– Ayudas externas:

Utilizamos materiales o dispositivos que sustituyen algunas de las capacidades cognitivas perdidas. Así podemos mantener actividades funcionales o sociales relevantes para el enfermo. Por ejemplo, pueden ser cosas tan sencillas como el uso de agendas para recordar citas o de avisadores para tomar la medicación.

– Terapia de orientación a la realidad (TOR).

Disminuye la angustia que produce en el paciente la desorientación. La persona puede sentirse fatal por ser consciente de que no es capaz de saber en qué año estamos; o por no recordar dónde está la panadería de su pueblo.
Con esta terapia conseguimos que siga conectado a su realidad y evite el aislamiento.

– Entrenamiento de actividades de la vida diaria (AVD).

Las AVD son las actividades son las básicas de una persona: levantarse, vestirse, etc. El objetivo es dar la mayor independencia posible a la persona. Si la ofrecemos la mínima ayuda necesaria para que pueda hacerlo solo, mantendrá la mayor autonomía posible.

– Musicoterapia.

Nos valemos de la música de forma activa o pasiva para estimular las capacidades cognitivas, provocar un refuerzo afectivo y sentimientos positivos. Además, si se acompaña de baile suave, se puede mejorar el estado físico. Es habitual usar canciones de cuando la persona era niño o joven o canciones que tengan un significado especial en su vida.

– Ejercicio físico.

Con ayuda de un profesional, guiamos a la persona para que haga un ejercicio aeróbico suave. Así logramos mejorar la resistencia, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. Es importante mantenerse lo más en forma posible en todas las edades.

– Relajación.

Nos ayuda a liberar al paciente de la tensión muscular y la ansiedad. Puede usarse música, ejercicios guiados…

– Exposición.

Las personas con demencia suelen sentir mucho miedo: ¿qué hago si me pierdo?; ¿cómo voy a estar dentro de unos años?; ¿quién va a cuidar de mí….?
Ayudamos a afrontar el miedo de estar frente a situaciones o pensamientos que causan angustia. Lo hacemos exponemos al miedo de manera gradual y regular y, sobre todo, dando mucho refuerzo positivo por cada paso logrado.

– Técnicas de comunicación.

Utilizamos mensajes claros y precisos para que el paciente entienda lo que le estamos transmitiendo. En estas técnicas el lenguaje no verbal y mantener el contacto ocular son muy importantes.

– Reminiscencia.

Nos ayudamos de acontecimientos o experiencias del pasado remoto de la persona para mejorar sus capacidades actuales (los juegos de cuando era niño; el día que se casó; un viaje que hizo y del que guarda un recuerdo bonito…)

Vistas las TNF, ahora vamos a explicar la terapia de reminiscencia más detalladamente.

 

TERAPIA DE REMINISCENCIA EN DEMENCIA

La terapia de reminiscencia se basa en reforzar el mantenimiento de la memoria a largo plazo. La terapia de reminiscencia es una buena estrategia para frenar el deterioro de la calidad de vida en pacientes con demencia.

Veamos algunos ejemplos

• Podemos usar materiales como artículos de periódicos del pasado, fotografías, vídeos, juegos o recetas de cocina o música, entre otros (Cervantes, 2018).

Una actividad muy bonita es construir un “libro de Memorias”.

Implica recordar y registrar, por lo menos, cinco acontecimientos positivos de la persona (nacimiento de los hijos, anécdotas vividas con sus amigos cuando era joven, recuerdos bonitos de su profesión…) Para definir estos acontecimientos pueden colaborar personas significativas (hijos, cónyuge, amigos).
El libro puede realizar en formato digital o en papel y los acontecimientos pueden plasmarse por escrito o recurrir a materiales como fotografías, facilitando así la evocación de los acontecimientos.
Finalmente, se procede a realizar repasar lo vivido y estimular a la persona (Alfonso, Duarte, Pereira, y da Graça Esgalhado, 2010).

 

¿QUÉ BENEFICIOS APORTA LA TERAPIA DE REMINISCENCIA?

• Mejora el funcionamiento social, optimizando así las relaciones sociales y familiares.
• Reduce las conductas problemáticas en el enfermo.
• Estimula la identidad y el valor personal, creando satisfacción y bienestar.
• Establece conexiones entre el pasado, presente y futuro de la persona, reduciendo la desorientación.
• Reduce la sintomatología depresiva, mejorando el estado de ánimo y aumentando la autoestima.
• Mejora las capacidades cognitivas, como el lenguaje y la memoria.
• Mejora la adaptación a las actividades del día a día.

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alfonso, R. M., Duarte, E., Pereira, H., y da Graça Esgalhado, M. (2010). Construcción de un programa individual de reminiscencia para mayores con demencia residentes en una institución. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 2(1), 643-650.

Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4), 705-723.

Cervantes Guerrero, M. D. M. (2018). Propuesta de un programa de estimulación cognitiva centrado en reminiscencia.

Chilón, Y., Alex, R., y López Alvarez, D. M. (2018). Efectividad de la terapia de reminiscencia para disminuir la depresión en pacientes adultos mayores.

Franch, J. V., Reglà, J. L., y Pousa, S. L. (1999). Depresión y demencia. Rev Neurol, 29, 599-603.

Mabel, G. P., y Yadira, P. C. (2015). La depresión en el cuidador principal de adultos mayores con enfermedad de Alzheimer leve y moderada. In Convención Salud 2015.

Muñiz, R., Olazarán, J. et al. (2015). Mapa de Terapias No Farmacológicas (TNF) para demencias tipo Alzheimer. Guía de iniciación técnica para profesionales. Editado por el Centro de Referencia Estatal (CRE) de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras demencias de Salamanca.