María Domínguez Santos y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Confinamiento y deterioro cognitivo de nuestros mayores.

 

El pasado 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el COVID-19 como una pandemia mundial. Los gobiernos de todo el mundo decretaron un confinamiento para proteger a la población y evitar así su expansión (OMS, 2020). En España, la Comunidad de Madrid cerró los centros para mayores el 6 de marzo a fin de evitar contagios tras los primeros brotes.

Esa misma semana,se decreta el Estado de Alarma, imponiendo un confinamiento que duraría hasta el inicio del mes de junio, cuando algunos centros pudieron volver a la actividad presencial.

 

 

El confinamiento y la distancia social impuesta han resultado ser críticos para disminuir el contagio por COVID-19. Sin embargo, este distanciamiento social ha tenido impactos negativos en otros aspectos, como el económico, social o el sanitario; especialmente en la salud de la población más vulnerable: nuestros mayores (Fischer, Raiber, Boscher, y Winter, 2020).  En las personas mayores, el efecto psicológico del confinamiento es doble: por un lado, se incrementa el miedo y la incertidumbre asociado a la cuarentena y, por otro, pueden aparecer los efectos “post-cuarentena”, aumentando los sentimientos de soledad, distanciamiento social de los seres queridos, ansiedad y estrés, y manteniendo estos sentimientos a largo plazo (Banerjee, 2020).

Además, para aquellos que no han tenido familia o amigos cerca, se han incrementado todavía más los sentimientos de soledad, aislamiento y distanciamiento con el aumento de los riesgos físicos y psicólogos que conlleva (Armitage  y Nellums, 2020).

 

Es conocido que la soledad y el aislamiento en adultos mayores se relaciona no solo con un mayor declive físico, sino con un mayor riesgo de deterioro cognitivo  (Niedzwiedz, Richardson, Tunstall, Shortt, y Mitchell, 2016).

Sabemos que los mayores que se ven sometidos a situaciones de aislamiento tienen un mayor riesgo de complicaciones neuropsiquiátricas, ya que los que sufren un deterioro cognitivo o demencia requieren una especial atención (Huremović, 2019).

Por tanto, estos efectos se han incrementado en los mayores que padecían algún tipo de envejecimiento patológico. Sin embargo, no sólo se ha observado en ellos sino también los adultos mayores que con anterioridad al confinamiento llevaban una rutina activa y saludable. El aislamiento impuesto les ha afectado: especialmente a aquellos cuyo mayor contacto social se daba fuera del hogar; en centros de día, centros de mayores o talleres (Armitage  y Nellums, 2020).

Estudios previos han demostrado la relación entre aspectos del aislamiento social, por ejemplo, los bajos niveles de actividad comunitaria, con una pobre función cognitiva (Evans, Martyr, Collins, Brayne, y  Clare, 2019).

Se ha relacionado el aislamiento social con:

  • Un menor rendimiento en el funcionamiento ejecutivo.
  • Una peor capacidad de denominación.
  • Un empeoramiento en las funciones del lenguaje.
  • Y una menor capacidad de memoria a largo plazo (Wang YH, Huang FY, Zheng Y, et al. 2017).

Otros estudios han relacionado una reducida frecuencia de contactos o interacciones sociales con una disminución en la memoria episódica y la memoria de trabajo (Mousavi-Nasab, Kormi-Nouri, y Nilsson, 2014).

Investigaciones más recientes en modelos animales han encontrado que doce semanas de aislamiento provocan alteraciones en los patrones neuronales subyacentes a nivel cerebral que conllevan cambios comportamentales y alteraciones en las funciones cognitivas. En concordancia con lo anterior, se observó un aumento de los niveles de ansiedad y un peor rendimiento en la memoria de trabajo y en las capacidades de memoria espacial (Zorzo, Méndez-López, Méndez, Arias 2019).

En España, durante el confinamiento, se ha observado un empeoramiento generalizado de las funciones cognitivas en las personas mayores.

Los resultados preliminares, como los recogidos en una encuesta dirigida a adultos mayores de 65 años acerca de los efectos del confinamiento realizada por la Universidad Autónoma de Cataluña (UAB), muestran una percepción de empeoramiento a nivel cognitivo y emocional, especialmente en aspectos como la orientación o la atención (UAB, 2020).

De acuerdo con estos resultados, los mayores mostrarían más dificultades para concentrarse en las tareas cotidianas y una dificultad para orientarse de manera temporal, es decir, para situarse en el día y hora en que se encuentran.

Por suerte, también hay buenas noticias. Se han desarrollado estrategias  como las videoconferencias y el contacto telefónico, que han  demostrado ser eficaces en situaciones previas similares (Johal, 2009). Estas estrategias, recomendadas ante esta situación social para dar apoyo y soporte durante la fase de aislamiento a nuestros mayores (Ausín y Abad, 2020) han brindado la oportunidad de hacer un acompañamiento de los pacientes y han permitido a la mayoría de ellos continuar con sus tratamientos.

Las intervenciones psicológicas telemáticas han demostrado mejorar la impresión general y los indicadores de afiliación social, beneficiándose especialmente aquellos mayores con dificultades de movilidad o las personas más aisladas. Estas intervenciones demuestran proveer de un apoyo social y de un mayor sentimiento de pertenencia, mejorando el bienestar mental y reduciendo la sensación de soledad en adultos mayores (Newman, y Zainal, 2020; Armitage y Nellums, 2020).

 

Aunque con escasa implantación, la asistencia telemática en gerontología lleva años desarrollándose como recurso de apoyo en el domicilio que permite a familias, cuidadores y profesionales un mejor soporte al mayor. Estos sistemas permiten la asistencia remota a sesiones de estimulación cognitiva con los profesionales. De esta manera, los pacientes pueden seguir beneficiándose de estos tratamientos evitando un empeoramiento y retrasando la institucionalización, es decir, el ingreso en residencias (Díaz, Villanueva, Balo, López, Pedreira, y Millán-Calenti, 2006).

Desde el punto de vista de la estimulación cognitiva, durante el confinamiento se han puesto en marcha sesiones de estimulación cognitiva por videollamada y vía telefónica. Estas acciones son necesarias tanto para los pacientes como en muchas ocasiones para los cuidadores, quienes pueden informar sobre el estado y la evolución de los primeros y a los que se les pueden recomendar determinadas pautas para manejar posibles situaciones cotidianas que puedan surgirles (Wang, Barbarino, Gauthier, Brodaty, y Molinuevo, 2020).

 

 

Aunque no existen resultados específicos acerca de la eficacia de la estimulación cognitiva durante la cuarentena, estudios previos que han analizado las intervenciones para mejorar el aislamiento social en adultos mayores indican también una mejora en comparación con los grupos control, dando lugar a una mejor función cognitiva global. Intervenciones vía videollamada han demostrado mejorar las funciones del lenguaje, el funcionamiento ejecutivo y la velocidad de procesamiento en adultos mayores. Por tanto, parece que la estimulación cognitiva por medios telemáticos podría ser efectiva para mejorar el contacto social y mantener la función cognitiva (Evans, et al., 2019).

Para aquellos pacientes que no disponen de acceso a las nuevas tecnologías o que sufren un deterioro muy avanzado que impide el trabajo por dichas vías, existe la opción de realizar terapia domiciliaria siguiendo los mismos objetivos terapéuticos: estimular y evitar el deterioro de las capacidades cognitivas, evitar la desconexión con el entorno, favorecer la autonomía, minimizar el estrés y mejorar la calidad de vida del paciente y cuidadores (Espert Tortajada y Villalba Agustín, 2014).

 

CONCLUSIÓN

Como conclusión, ante la ausencia de un tratamiento efectivo y de una vacuna contra el COVID-19, es necesario continuar con las medidas de protección y distanciamiento social, pero sin que ello suponga un abandono en el tratamiento y cuidado de nuestros mayores. Además de la posibilidad de realizar estimulación cognitiva presencial con las medidas de seguridad pertinentes, se han implementado alternativas telemáticas que parecen ser efectivas para minimizar el impacto negativo que haya podido tener el confinamiento.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Ausín, B y Abad, A. (2020). Guía soledad y Covid-19. Recomendaciones para mitigar la soledad no deseada frente al Covid-19 en personas mayores y en población general. Recuperado de https://www.contraelestigma.com/resource/guia-soledad-covid19/

Armitage R, Nellums LB. COVID-19 and the consequences of isolating the elderly. Lancet Public Health. (2020). 10.1016/S2468-2667(20)30061-X. 

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Díaz, F., Villanueva, M. A., Balo, A., López, A., Pedreira, A. I., & Millán-Calenti, J. C. (2006). TeleGerontología: Un nuevo recurso de apoyo gerontológico a domicilio. Tékhne-Revista de Estudos Politécnicos, (5-6), 57-71.

Espert Tortajada, R., & Villalba Agustín, M. D. R. (2014). Estimulación cognitiva: una revisión neuropsicológica. Therapeia, (6), 73-93.

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Huremović, D. (2019). Mental health of quarantine and isolation. In Psychiatry of Pandemics (pp. 95-118). Springer, Cham.

Johal, S. S. (2009). Psychosocial impacts of quarantine during disease outbreaks and interventions that may help to relieve strain.

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Mousavi‐Nasab, S. M. H., Kormi‐Nouri, R., & Nilsson, L. G. (2014). Examination of the bidirectional influences of leisure activity and memory in old people: A dissociative effect on episodic memory. British Journal of Psychology, 105(3), 382-398.

Newman, M. G., & Zainal, N. H. (2020). The value of maintaining social connections for mental health in older people. The Lancet Public Health, 5(1), e12-e13.

Niedzwiedz, C. L., Richardson, E. A., Tunstall, H., Shortt, N. K., Mitchell, R. J. & Pearce, J. R. (2016) The relationship between wealth and loneliness among older people across Europe: Is social participation protective? Preventive Medicine, 91, pp. 24-3

OMS. COVID-19: cronología de la actuación de la OMS. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/detail/27-04- 2020-who-timeline-COVID-19

Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Empeoramiento de la orientación y la atención de las personas mayores de 65 años durante el confinamiento. Sala de prensa.

Wang, Y. H., Huang, F. Y., Zheng, Y., Shi, G. S., Wang, L., & Liao, S. S. (2017). Study on the association between social isolation and cognitive function among elderly in Daqing city, Heilongjiang province. Zhonghua liu Xing Bing xue za zhi= Zhonghua Liuxingbingxue Zazhi, 38(4), 472-477.

Wang H, Li T, Barbarino P, Gauthier S, Brodaty H, Molinuevo JL, et al. Dementia care during COVID- 19. Lancet . 2020 Apr 11;395(10231):1190-1191. 

Zorzo, C., Méndez-López, M., Méndez, M., & Arias, J. L. (2019). Adult social isolation leads to anxiety and spatial memory impairment: Brain activity pattern of COx and c-Fos. Behavioural brain research, 365, 170-177.

Ada Inés Simmonet Conde y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Hay atajos para la felicidad y el baile es uno de ellos.

 

BENEFICIOS DE LA DANZA EN PERSONAS CON DEMENCIA.

Tradicionalmente, los tratamientos para las demencias (Alzheimer u otras) se han venido centrando en el uso de fármacos. Sin embargo, esta tendencia está cambiando: actualmente se conoce el alto valor que los tratamientos que ven a la persona como un todo pueden aportar a los pacientes con demencia.

Las personas somos un todo, una suma holística de nuestros procesos físicos, emocionales, sociales y cognitivos (Kitwood, 1997).

Hay una creciente literatura cinetífica que respalda la aplicación de las terapias artísticas en personas con demencia. ¿Por qué? Porque estas terapias, además de reducir el riesgo de demencia y ralentizar la enfermedad, son un medio de conexión entre personas (Palo-Bengtsson, 2002; Verghese, 2003; Hayes, 2011; Vink, 2011).

¿QUÉ ES LA DANZA-MOVIMIENTO TERAPIA?

Tras este nombre tan largo  tenemos un concepto sencillo: la terapia que utiliza el movimiento como medio para comunicarnos.

La Danza-Movimiento Terapia (DMT, para abreviarlo) es una especialidad en psicoterapia que utiliza la creatividad que todos tenemos. Veamos cómo describen esta terapia los especialistas:

  • Esta terapia busca la integración cuerpo-mente del individuo (Bernstein, 1979; extraído de Panhofer, 2005).
  • El movimiento y la danza son un medio para lidiar con los conflictos emocionales o psicológicos.
  • Todo movimiento corporal puede provocar cambios en la mente. Es decir, tenemos dos beneficios a la vez: promovemos la salud y el crecimiento personal.

(Extraído de la Asociación Española de profesionales en Danza Movimiento Terapia).

 

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE LA DMT PARA LA DEMENCIA?

Cuando la ponemos en marcha toma se convierte en una importante herramienta para los pacientes: mejora su percepción corporal, su empatía y su sensibilidad ante aspectos no verbales, tanto de la relación con otras personas como con el ambiente (Hill, 2008).

Ayuda a retrasar el deterioro cognitivo, mejorar el estado de ánimo y aumentar la interacción social debido a:

  • El uso del movimiento, siendo a la vez ejercicio y baile.
  • El uso de la música.
  • La relación terapéutica.
  • Sus beneficios específicos.

(Karkou y Meekums, 2017).

 

MEJORAS FÍSICAS.

La DMT utiliza el cuerpo y fomenta el movimiento entre participantes, así que genera cambios fisiológicos asociados a la práctica de ejercicio. Tiene  efectos positivos a nivel físico y en la cognición (Colcombe, 2003).

Ciertas formas de baile, como el tango, pueden incluso mejorar los síntomas de los pacientes con Parkinson, en especial el equilibrio y la marcha (Hackney, 2007; Hackney, 2010).

De hecho, el tango tiene muchos elementos en común con la DMT como movimientos iniciales y finales, rango de velocidades, variación rítmica… (Hackney, 2010).

¡

ALGUNOS CONCEPTOS TÉCNICOS

Lo que diferencia a la DMT del baile es el establecimiento de una buena relación terapéutica.

¿Qué es la relación terapéutica? Una forma de psicoterapia que puede ser un agente clave para el cambio (Norcross, 2011; Macaskie, 2012). El término embodiment es utilizado en la psicoterapia verbal para referirse a la relación terapéutica (Macaskie, 2012), en la que el conocimiento relacional implícito y la memoria corporal implícita participan de manera conjunta. Este término procedente del campo de la somática, que es fundamental en la DMT, pone énfasis en la vivencia práctica desde la corporalidad de la persona (Schiphrost, 2007).

La empatía, como componente central de la relación terapéutica, se utiliza en la DMT como una forma de entendimiento sofisticada y kinestésica (Meekums, 2012).

 

BAILE Y DMT, ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS?

En la DMT los participantes se centran en el movimiento creativo en lugar de aprender pasos con la música.

Por lo tanto, se esperan beneficios adicionales más allá de los que se espera con el ejercicio físico o clases de baile.

Según algunos estudios el cambio terapéutico puede estar asociado con algunas características específicas de la DMT, cómo el embodiment, creatividad e improvisación, imaginación basada en el movimiento, el uso del movimiento simbólico y el uso del movimiento cómo metáfora (Karkou, 2006).

 

¿Y CÓMO AYUDA A LAS PERSONAS CON DEMENCIA?

En la demencia, la memoria corporal puede ayudar la reminiscencia (Woods, 2009).

El movimiento simbólico sirve para comprender la comunicación (Meekums, 2002) y puede ser útil para personas con demencia (Young, 2011).

La creatividad y la improvisación del movimiento permiten a los participantes conectar consigo mismos y con los demás, además de retrasar el deterioro cognitivo (Karkou, 2006).

El uso de metáforas y símbolos pueden ser de ayuda para no pensar en los recuerdos y sentimientos que producen ansiedad y sirven para modificarlos a otros más seguros y tranquilizadores (Karkou, 2006; Meekums, 2002).

 

MÚSICA, MAESTRO!

Aunque la música no es imprescindible, es frecuente que los terapeutas la utilicen en sus sesiones. La musicoterapia es una terapia estrechamente relacionada con la DMT y puede tener también efectos positivos en la reducción de síntomas conductuales asociados con la demencia (Vink, 2011).

 

DISEÑO DE UNA SESIÓN: 1, 2, 3… ¡A BAILAR!

Antes del inicio de cada sesión tenemos que tener claro el objetivo que buscamos, que debe centrarse en las necesidades tanto del grupo como de cada persona.

  1. Introducción:
  • Saludo corporal y también verbal, si fuera necesario.
  • Pequeño calentamiento con reconocimiento corporal.
  1. A partir de una propuesta inicial se desarrollan las actividades que van evolucionando según las circunstancias del grupo:
  • Incorporación del espacio.
  • Utilización de la voz y accesorios (instrumentos, etc.)
  1. Cierre:
  • Relajación
  • Despedida final de manera corporal y verbal (en caso de ser posible)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Asociación de Danza Movimiento Terapia, ADMTE (2012). ¿Qué es la DMT? Recuperado de: https://www.danzamovimientoterapia.com/index.php/sample-sites/que-es-dmt

Colcombe, S. y Kramer, A.F. (2003). Fitness effects on the cognitive function of older adults: a meta-analytic study. Psychological Science, 14(2):125–30.

Hackney, M.E., Kantorovich, S., Levin, R. y Earhart, G.A. (2007). Effects of tango on functional mobility in Parkinson’s disease: a preliminary study. Journal of Neurologic Physical Therapy, 31(4):173–9.

Hackney, M.E. y Earhart, G.A. (2010). Effects of dance on balance and gait in severe Parkinson disease: a case study. Disability and Rehabilitation, 32(8):679–84.

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Vink, A.C., Birks, J., Bruinsma, M.S. y Scholten, R.J.P.M. (2011). Music therapy for people with dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI:10.1002/14651858.CD003477.pub2.

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