Laura Perales y Miguel Ángel Maroto. Cómo saber si tendré Alzheimer.

POR SEXOS: MÁS EN MUJERES

Por cada dos mujeres, un hombre resulta afectado de Alzheimer.

Ahora bien, es probable que sea por la mayor esperanza de vida femenina más que por el sexo en sí mismo (Barranco-Quintana y cols, 2005).

EDAD: A MÁS AÑOS, MÁS PROBABILIDAD

No por entrar en la última etapa de la vida vamos a enfrentarnos irremediablemente al Alzheimer.

Ahora bien, en los próximos años la prevalencia de la enfermedad se duplicará a causa del aumento de la esperanza de vida. En España la cifra de personas que padecen demencia pasará de las 800.000 actuales hasta 1.600.000 en 2025(1). Pasado mañana…

ANTECEDENTES FAMILIARES: SÓLO REPRESENTAN EL 1%

Está vastamente extendida la creencia de que es hereditario. ¡Buenas noticias! Esta preocupación no es del todo real.

Según el portal Know Alzheimer (2014), “sólo el 1% de las demencias tipo Alzheimer son hereditarias”. A pesar de la tranquilidad que nos ofrece esta información, es cierto que nuestro organismo puede contener genes directamente relacionados con la enfermedad:

  1. Genes determinantes: portan una mutación, que de forma autonómica dominante se hereda de generación en generación, y provoca un inicio precoz de la enfermedad (entre los 35 y 55 años). Afortunadamente, es muy poco frecuente.

  2. Genes de riesgo: no son determinantes, pero aumentan las probabilidades.

FACTORES EN LOS QUE YO SÍ PUEDO ACTUAR

No podemos cambiar nuestra genética o nuestra edad, pero sí podemos actuar activamente en otros aspectos:

  • ¡VAMOS A MOVERNOS!

El sedentarismo se relaciona con un mayor riesgo. Así, como apunta un estudio publicado por Cooperativa.cl, “las personas de mediana edad con sobrepeso u obesidad tienen más posibilidades de desarrollar demencia que las que cuentan con un peso normal”.

  • TRANQUILIDAD Y BUENOS ALIMENTOS

Una dieta rica en ácidos grasos saturados e ingestas calóricas altas a diario aumenta el riesgo de demencia.

La ocupación personal, la vida laboral y social influyen en la precipitación de la demencia. Veamos un dato curioso: “los ciudadanos que viven a menos de 50 metros de una carretera con tráfico presentan un 7 por ciento más de riesgo de sufrir demencia que los que viven a más de 300 metros”, debido a “la exposición a largo plazo a contaminantes producidos por las emisiones de los coches, como el dióxido de nitrógeno y las partículas finas en suspensión.” (García del Castillo, 2017).

  • Y POR ÚLTIMO…

La hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes, los traumatismos craneoencefálicos, los enfermedades cerebro y cardiovasculares y trastornos psicológicos del estado de ánimo como la depresión son las afecciones más asociadas al riesgo de padecer Alzheimer en un futuro.

ENTONCES, SÍ PUEDO ACTUAR…

¡SÍ!

El principal problema es que no ponemos remedio hasta que aparecen los primeros síntomas: podemos llegar tarde para recuperar la capacidad que ya ha disminuido.Es difícil establecer unos límites claros en el inicio de la enfermedad -salvo en casos muy obvios como la composición genética familiar.

Lo que hoy en día sabemos que funciona para retrasar la enfermedad, son los factores protectores que presentamos a continuación.

  • ESTIMULA TU CEREBRO

“El saber no ocupa lugar”, proclama el dicho popular. Aunque no es del todo cierto, y lo que aprendemos sí ocupa espacio físico en nuestro cerebro, nos permite también ejercitarlo para que no se “oxide”.

Según un artículo publicado en la revista BBC (2012), hablar dos o más idiomas, que ahora está tan a la orden del día, nos ayudaría a retrasar la aparición de la enfermedad, así como también nos dice que las personas bilingües cuentan con “una mejor salud mental que los protege de la aparición de la enfermedad de Alzheimer”.

Además, la estimulación de las funciones cognitivas básicas como la atención, la memoria, las funciones ejecutivas y el lenguaje, juega un papel importante en el mantenimiento de la capacidad cognitiva el mayor tiempo posible, así como también mejora la autoestima, autonomía y bienestar general.

  • CULTÍVATE

¿Sabías que un nivel educativo alto es un factor protector, y de los más determinantes, para prevenir el Alzheimer?

La estimulación de las neuronas a lo largo de toda la vida facilita que puedan seguir funcionando de forma correcta en la vejez. A esto lo llamamos reserva cognitiva.

  • MUÉVETE

Con la estimulación física ocurre lo mismo.

Se han publicado multitud de estudios que confirman que el ejercicio físico retrasa la aparición del Alzheimer, especialmente si se produce de forma moderada, entre los 40 y los 60 años.

Los especialistas señalan que lo ideal es «hacer 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de ejercicio vigoroso todas las semanas.”(Rodríguez, 2013).

  • COME SANO

La nutrición es uno de los factores clave para precipitar o, en este caso, prevenir el Alzheimer. En el estudio de Barranco-Quintana et cols (2005), los autores respaldan la idea de que ciertas vitaminas antioxidantes como la C y la E disminuyen la prevalencia de la enfermedad pero, eso sí, con la administración de ambas simultáneamente.

SI A UN FAMILIAR O A MÍ NOS HAN DIAGNOSTICADO ALZHEIMER… ¿QUÉ HACEMOS?

Además de los medicamentos, hay herramientas no farmacológicas para retrasar la enfermedad. Veamos las principales:

  • TERAPIA PSICOLÓGICA

A menudo el círculo familiar y social no sabe cómo gestionar los nuevos cambios que empieza a padecer la persona: no se os prepara, ni al paciente ni a sus familiares, para lo que está ocurriendo ni lo que pasará según avance la enfermedad.

Esto provoca cambios de humor y baja autoestima en la persona que ha sido diagnosticada, e impotencia, frustración, bajo estado anímico y pérdida de autonomía en los cuidadores, llevando en ambos casos a la desesperación.

¿Qué podemos hacer? El papel del psicólogo es crucial en este punto:

  • ESTIMULACIÓN COGNITIVA

Los psicólogos trabajamos las funciones cognitivas de percepción, atención, razonamiento, abstracción, memoria, lenguaje, procesos de orientación y praxias (es decir, movimientos aprendidos: como coger objetos, dibujar,..) mediante actividades concretas. Mantenemos el máximo tiempo posible su nivel cognitivo óptimo y aumentamos su autoestima y bienestar. (CRE Alzheimer, 2016)

  • TERAPIA DE ORIENTACIÓN A LA REALIDAD

“Centramos” a la persona.

Trabajamos, por ejemplo, con la prensa diaria con lo que la persona mayor se sitúa en el momento presente. Como consecuencia, se siente más segura, con una mayor sensación de control y de autoestima.

  • TERAPIA DE REMINISCENCIA

Estimulamos los recuerdos de su vida. Trabajamos con la memoria episódica –biográfica- de la persona, que mejora la comunicación y la activación emocional a través de la evocación de momentos, personas u objetos con un significado relevante para él o ella.

  • AROMATERAPIA Y MÚSICOTERAPIA

Provocan respuestas emocionales en partes del cerebro asociadas con la memoria remota.

  • TÉCNICAS CIBER-NEURO-PSICOLÓGICAS

Bajo este curioso nombre encontramos una herramienta novedosa. Sabemos que las nuevas tecnologías resultan muy útiles sobre todo en pacientes diagnosticados de demencia en los últimos años. Se espera de estas terapias siga aumentando en los años venideros.

Podemos consultar un interesante estudio de Arroyo-Anlló et cols (2012) sobre la eficacia de las nuevas tecnologías en la rehabilitación neuropsicológica de pacientes con demencia.

  • APOYO FAMILIAR

Con la vejez se manifiesta la parte más emocional de la persona. Evitar el aislamiento social es muy importante para que, dentro de su inesperada y desconcertante situación (recordemos que no entiende lo que le pasa), sienta que cuenta con la compañía y el afecto de sus seres queridos.

EN CONCLUSIÓN

Está en nuestra mano ayudarnos a nosotros mismos a prevenir la enfermedad. Y si, a pesar de todo, aparece en nosotros o en un ser querido, tenemos herramientas para retrasarla y hacerla más llevadera.

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(1)“La prevalencia de la enfermedad se duplica cada 5 años a partir de los 60 años de edad; pasa del 1% entre los 60 y los 65 años al 4,3% a los 75 años, hasta llegar al 28,5% a los 90 años” (Barranco-Quintana et cols, 2005).

REFERENCIAS

–    Arroyo-Anlló, Eva M, Díaz-Marta, Juan Poveda, y Chamorro Sánchez, Jorge. (2012). Técnicas de rehabilitación neuropsicológica en demencias: hacia la ciber-rehabilitación neuropsicológica. Pensamiento Psicológico, 10(1), 107-127.

–    Asociación Peruana de Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias (2012). Factores de riesgo para demencias y para Alzheimer. Recuperado de https://www.alzheimerperu.org/factores-riesgo-para-demencias-alzheimer.html

–    Barranco-Quintana, J. L., Allam, M. F., Del Castillo, A. S., y Navajas, R. F. C. (2005). Factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Revista de Neurología, 40(10), 613-618.

–    BBC Salud (29 marzo, 2012). Ser bilingüe protege al cerebro de la demencia. BBC.  Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/03/120329_bilinguismo_protege_demencia_men

–    Cooperativa.cl (3 mayo, 2011). Las personas con exceso de peso son más propensas a sufrir demencia. Cooperativa.cl.

Recuperado de http://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/salud/alimentacion/personas-con-exceso-de-peso-son-mas-propensas-a-sufrir-demencia/2011-05-03/094424.html

–    CRE Alzheimer (2016). Terapias no farmacológicas. CRE Alzheimer.

Recuperado de http://www.crealzheimer.es/crealzheimer_01/terapias_no_farmacologicas/index.htm

–    García del Castillo, Marina. (10 enero, 2017).Vivir cerca de mucho tráfico aumenta el riesgo de demencia. Revista Autopista.es. Recuperado de  https://www.autopista.es/noticias-motor/articulo/vivir-cerca-trafico-contaminacion-mayor-demencia

–    Know Alzheimer (9 abril, 2014). ¿Es hereditaria la enfermedad de Alzheimer?. España: Know Alzheimer. Recuperado de https://knowalzheimer.com/es-hereditaria-la-enfermedad-de-alzheimer/

–    Punset, E. (2011). El azote del Alzheimer. Redes. Recuperado de http://www.rtve.es/television/20110511/azote-del-alzheimer/431856.shtml

– Reinberg, S. (27 enero, 2017). Lack of Exercise Might Invite Dementia. HealthDay News. Recuperado de https://consumer.healthday.com/cognitive-health-information-26/alzheimer-s-news-20/lack-of-exercise-might-invite-dementia-718656.html

–    Rodríguez, I. (9 febrero, 2013). Ejercitarse entre 40 y 60 años evitaría la demencia . La Nación. Recuperado de https://www.nacion.com/archivo/ejercitarse-entre-40-y-60-anos-evitariala-demencia/H6FK7I3QBBFDXFZKKYPSWDUUHA/story/