Alejandro Villel y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Beneficios de los animales de compañía en personas mayores.

 

BENEFICIOS DE LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA EN PERSONAS MAYORES.

En España hay 2,3 millones de personas mayores de 65 años que viven solas. Todos los que convivimos con animales de compañía sabemos el importante rol que juegan en nuestra vida: amistad, compañía, amor… (Hirschman, 1994).

Esto es especialmente importante en el colectivo de las personas mayores, especialmente si viven solas. Les hacen sentirse más felices, más útiles y mejoran su salud.

PERO, ¿POR QUÉ DISFRUTAMOS DE LA COMPAÑÍA DE LOS ANIMALES?

Según Archer (1996) los humanos tenemos mecanismos que favorecen que las personas cuidemos animales y continuemos haciéndolo a lo largo del tiempo.

El cariño de las mascotas podría suplir relaciones incondicionales que, a veces, no se encuentran en los vínculos humanos. Es una de las razones por las cuales personas mayores o solteras, a veces, tienden a tener animales como sustitutos de otras relaciones humanas, como las parejas.

Podemos concluir, basándonos en Beck y Katcher (1996), que “las mascotas no son sólo un sustituto de las relaciones humanas, sino que las complementan, añadiendo una única y especial dimensión a la vida humana”.

Las mascotas siempre están para proporcionar ese cariño y esa escucha incondicional que ayuda a superar los tiempos difíciles. Nunca juzgan a sus dueños.

En conclusión, ese animal que se encuentra a nuestro lado es un pilar social y emocional. Todas las experiencias positivas que vivimos juntos ayudarán a fortalecer nuestro yo interno.

 

Y, ¿EN EL CASO DE LOS MAYORES?

Los animales mejoran la vida de las personas mayores:

  • Los dan una ocupación (alimentarles, jugar con ellos…)
  • Los mantienen activos, por ejemplo, al tener que salir a pasear en el caso de los perros.
  • Los proporciona una herramienta muy útil de cara a la interacción social, ya que los animales se relacionan con otros en el parque y las personas, a su vez, con los diferentes dueños.

Una vez llegamos a la edad madura y la ancianidad, nos enfrentamos a muchos desafíos:

  • La jubilación, que proporcionará un exceso de tiempo libre y, por tanto una continua evaluación de la propia identidad acompañado de sedentarismo.
  • Cambios físicos en los cuales notamos más fragilidad.
  • Posibles enfermedades que nos deterioren aspectos cognitivos y sensitivos restándonos autonomía y llegando a depender de familiares.

Es aquí donde entra el papel de los animales. Contribuirán a eliminar el sedentarismo que predomina en estas edades, creando una nueva obligación: la de salir a pasear con ellos, manteniendo la activación física y contribuyendo a tener una mente más libre y saludable.

El resultado será un estado emocional más positivo, eliminando un exceso de pensamientos y evaluaciones relacionados con la muerte o la pérdida de seres queridos. Una mente positiva es una mente saludable.

 

Y AHORA TE PREGUNTARÁS, ¿A QUÉ SE DEBE ESTE VÍNCULO HUMANO-ANIMAL?

Existen numerosos estudios y teorías que explican estos efectos, pero vamos a nombrar tres de los más reconocidos como referencia:

  • Teoría de la Biofilia (Wilson 1984): el ser humano tiene de manera innata un gran interés por la naturaleza y su entorno, lo que incluye a los animales. Ese interés está relacionado con la supervivencia, ya que sirve para predecir los peligros.
  • Teoría del Sistema de Apego (Cassidy and Shaver, 1999): explica la necesidad de afiliación del ser humano, siendo un rasgo universal el de relacionarse no únicamente con humanos, sino también con otras especies. Con ellas formamos lazos de apego como si de un familiar con consanguineidad se tratara.
  • Por último, la tendencia también innata del humano de cuidar a otros (Brown, Penner, and Brown 2012) que puede ser trasladado al cuidado animal para satisfacer esa parte interna que poseemos.

 

¿QUÉ ANIMALES DE COMPAÑÍA TENER?

Todo animal de compañía es positivo: un gato, un perro, un pájaro, un pez en un acuario o una tortuga… Todos generan responsabilidad y hábitos en su cuidado y aportan compañía, cada uno a su manera.

El perro es uno de los animales más beneficiosos a la hora de enfrentarse a la soledad, ya que genera mucha interacción con el dueño. Se convierte en una grandísima fuente de distracción a la vez que aumenta la seguridad de la persona. Todo esto tiene como resultado un gran aumento de autoestima.

Otra ventaja del perro como animal de compañía es su facilidad de adquisición: siempre es más fácil y económico conseguir un perro y cuidarlo que un caballo…

Sin embargo, no siempre es la mascota perfecta. Una persona con problemas de movilidad probablemente necesitará un animal con distintas necesidades, como un gato.

Hoy en día existen muchas casas y organizaciones de adopción de animales en las cuales se podrá adoptar a un perro o un gato como compañero. Nuestro nuevo amigo estará enormemente agradecido de que se le brinde la oportunidad de salir a vivir una vida.

El perro, además, será un facilitador para las interacciones sociales futuras.

 

EN CONCLUSIÓN

El animal de compañía es una herramienta muy potente para afrontar la soledad.

Aquellas personas que aún se sienten autónomas para vivir en su casa y no tienen familia o la tienen lejos obtendrán todos sus beneficios de manera más que inmediata: un animal que te exprese su gratitud y su cariño te ayudará a ser más feliz y saludable.

El estudio de Signes Llopis (2009) dice que: “el contacto con animales no solo influye en la recuperación de enfermedades cardiovasculares, sino que incluso puede llegar a prevenirlas; la observación implícita o el estar en presencia de animales tiene un impacto directo en la respuesta fisiológica y menor depresión”.

Puedes juzgar el verdadero carácter de un hombre por la forma en que trata a sus compañeros animales (Paul McCartney)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Archer, J., y Winchester, G. (1994). Bereavement following death of a pet. British Journal of Psychology, 85(2), 259-271. Recuperado de

http://search.proquest.com/docview/1293710400?accountid=14777

Beck, A. M., y Katcher, A. H. (1996). Between pets and people. West Lafayette, IN: Purdue University Press.

Brown, S. L., Penner, L. A., and Brown, R. M. (2012). Moving Beyond Self-interest: Perspectives from Evolutionary Biology, Neuroscience, and the social Sciences.

Cassidy, J. and Shaver, P. R. (1999). Handbook of attachment. Theory, Research, and Clinical Applications.

Ada Inés Simmonet Conde y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Hay atajos para la felicidad y el baile es uno de ellos.

 

BENEFICIOS DE LA DANZA EN PERSONAS CON DEMENCIA.

Tradicionalmente, los tratamientos para las demencias (Alzheimer u otras) se han venido centrando en el uso de fármacos. Sin embargo, esta tendencia está cambiando: actualmente se conoce el alto valor que los tratamientos que ven a la persona como un todo pueden aportar a los pacientes con demencia.

Las personas somos un todo, una suma holística de nuestros procesos físicos, emocionales, sociales y cognitivos (Kitwood, 1997).

Hay una creciente literatura cinetífica que respalda la aplicación de las terapias artísticas en personas con demencia. ¿Por qué? Porque estas terapias, además de reducir el riesgo de demencia y ralentizar la enfermedad, son un medio de conexión entre personas (Palo-Bengtsson, 2002; Verghese, 2003; Hayes, 2011; Vink, 2011).

¿QUÉ ES LA DANZA-MOVIMIENTO TERAPIA?

Tras este nombre tan largo  tenemos un concepto sencillo: la terapia que utiliza el movimiento como medio para comunicarnos.

La Danza-Movimiento Terapia (DMT, para abreviarlo) es una especialidad en psicoterapia que utiliza la creatividad que todos tenemos. Veamos cómo describen esta terapia los especialistas:

  • Esta terapia busca la integración cuerpo-mente del individuo (Bernstein, 1979; extraído de Panhofer, 2005).
  • El movimiento y la danza son un medio para lidiar con los conflictos emocionales o psicológicos.
  • Todo movimiento corporal puede provocar cambios en la mente. Es decir, tenemos dos beneficios a la vez: promovemos la salud y el crecimiento personal.

(Extraído de la Asociación Española de profesionales en Danza Movimiento Terapia).

 

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE LA DMT PARA LA DEMENCIA?

Cuando la ponemos en marcha toma se convierte en una importante herramienta para los pacientes: mejora su percepción corporal, su empatía y su sensibilidad ante aspectos no verbales, tanto de la relación con otras personas como con el ambiente (Hill, 2008).

Ayuda a retrasar el deterioro cognitivo, mejorar el estado de ánimo y aumentar la interacción social debido a:

  • El uso del movimiento, siendo a la vez ejercicio y baile.
  • El uso de la música.
  • La relación terapéutica.
  • Sus beneficios específicos.

(Karkou y Meekums, 2017).

 

MEJORAS FÍSICAS.

La DMT utiliza el cuerpo y fomenta el movimiento entre participantes, así que genera cambios fisiológicos asociados a la práctica de ejercicio. Tiene  efectos positivos a nivel físico y en la cognición (Colcombe, 2003).

Ciertas formas de baile, como el tango, pueden incluso mejorar los síntomas de los pacientes con Parkinson, en especial el equilibrio y la marcha (Hackney, 2007; Hackney, 2010).

De hecho, el tango tiene muchos elementos en común con la DMT como movimientos iniciales y finales, rango de velocidades, variación rítmica… (Hackney, 2010).

¡

ALGUNOS CONCEPTOS TÉCNICOS

Lo que diferencia a la DMT del baile es el establecimiento de una buena relación terapéutica.

¿Qué es la relación terapéutica? Una forma de psicoterapia que puede ser un agente clave para el cambio (Norcross, 2011; Macaskie, 2012). El término embodiment es utilizado en la psicoterapia verbal para referirse a la relación terapéutica (Macaskie, 2012), en la que el conocimiento relacional implícito y la memoria corporal implícita participan de manera conjunta. Este término procedente del campo de la somática, que es fundamental en la DMT, pone énfasis en la vivencia práctica desde la corporalidad de la persona (Schiphrost, 2007).

La empatía, como componente central de la relación terapéutica, se utiliza en la DMT como una forma de entendimiento sofisticada y kinestésica (Meekums, 2012).

 

BAILE Y DMT, ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS?

En la DMT los participantes se centran en el movimiento creativo en lugar de aprender pasos con la música.

Por lo tanto, se esperan beneficios adicionales más allá de los que se espera con el ejercicio físico o clases de baile.

Según algunos estudios el cambio terapéutico puede estar asociado con algunas características específicas de la DMT, cómo el embodiment, creatividad e improvisación, imaginación basada en el movimiento, el uso del movimiento simbólico y el uso del movimiento cómo metáfora (Karkou, 2006).

 

¿Y CÓMO AYUDA A LAS PERSONAS CON DEMENCIA?

En la demencia, la memoria corporal puede ayudar la reminiscencia (Woods, 2009).

El movimiento simbólico sirve para comprender la comunicación (Meekums, 2002) y puede ser útil para personas con demencia (Young, 2011).

La creatividad y la improvisación del movimiento permiten a los participantes conectar consigo mismos y con los demás, además de retrasar el deterioro cognitivo (Karkou, 2006).

El uso de metáforas y símbolos pueden ser de ayuda para no pensar en los recuerdos y sentimientos que producen ansiedad y sirven para modificarlos a otros más seguros y tranquilizadores (Karkou, 2006; Meekums, 2002).

 

MÚSICA, MAESTRO!

Aunque la música no es imprescindible, es frecuente que los terapeutas la utilicen en sus sesiones. La musicoterapia es una terapia estrechamente relacionada con la DMT y puede tener también efectos positivos en la reducción de síntomas conductuales asociados con la demencia (Vink, 2011).

 

DISEÑO DE UNA SESIÓN: 1, 2, 3… ¡A BAILAR!

Antes del inicio de cada sesión tenemos que tener claro el objetivo que buscamos, que debe centrarse en las necesidades tanto del grupo como de cada persona.

  1. Introducción:
  • Saludo corporal y también verbal, si fuera necesario.
  • Pequeño calentamiento con reconocimiento corporal.
  1. A partir de una propuesta inicial se desarrollan las actividades que van evolucionando según las circunstancias del grupo:
  • Incorporación del espacio.
  • Utilización de la voz y accesorios (instrumentos, etc.)
  1. Cierre:
  • Relajación
  • Despedida final de manera corporal y verbal (en caso de ser posible)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Asociación de Danza Movimiento Terapia, ADMTE (2012). ¿Qué es la DMT? Recuperado de: https://www.danzamovimientoterapia.com/index.php/sample-sites/que-es-dmt

Colcombe, S. y Kramer, A.F. (2003). Fitness effects on the cognitive function of older adults: a meta-analytic study. Psychological Science, 14(2):125–30.

Hackney, M.E., Kantorovich, S., Levin, R. y Earhart, G.A. (2007). Effects of tango on functional mobility in Parkinson’s disease: a preliminary study. Journal of Neurologic Physical Therapy, 31(4):173–9.

Hackney, M.E. y Earhart, G.A. (2010). Effects of dance on balance and gait in severe Parkinson disease: a case study. Disability and Rehabilitation, 32(8):679–84.

Hill, H. (2008). Danzando con esperanza. La DMT con personas afectadas por demencia. En H. W. Chaiklin, La vida es danza (págs. 197-212). Barcelona: Gedisa.

Instituto de Mayores y Servicios Sociales, IMSERSO (2011). Guía Danza Creativa Terapéutica (1ª edición). Recuperado de: http://www.crealzheimer.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/guadanzacreaticaterapeutica.pdf

Karkou, V. y Sanderson, P. (2006). Arts Therapies: A Research‐Based Map of the Field. Edinburgh: Elsevier.

Karkou, V. y Meekums, B. (2017). Dance movement therapy for dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI: 10.1002/14651858.CD011022.pub2.

Kitwood, T. (1997). Dementia reconsidered: the person comes first. Buckingham: Philadelphia: Open University Press.

Norcross, J.C. y Wampold, B.E. (2011). What works for whom: tailoring psychotherapy to the person. Journal of Clinical Psychology: In Session, 67:127–32. DOI: 10.1002/ jclp.20764

Macaskie, J., Meekums, B. y Nolan, G. (2012). Transformational education for psychotherapy and counselling: a relational dynamic approach. British Journal of Guidance & Counselling, 41(4):351–62. DOI: 10.1080/ 03069885.2012.726348

Meekums, B. (2002). Dance Movement Therapy. London: Sage.

Meekums, B. (2012). Kinesthetic Empathy and Movement Metaphor in Dance Movement Psychotherapy. Reynolds, D. y Reason, M. (Eds.). Kinaesthetic Empathy in Creative and Cultural Practices. Bristol: Intellect Publishing.

Palo-Bengtsson, L. y Ekman, S.L. (2002). Emotional response to social dancing and walks in persons with dementia. American Journal of Alzheimer’s Disease and Other Dementias, 17 (3):149–53.

Panhofer, H. (2005). El cuerpo en psicoterapia. Barcelona: Gedisa.

Schiphorst, T. (2007). The Varieties of User Experience: Bridging Embodied Methodologies from Somatics and Performance to Human Computer Interaction. Recuperado de: http://www.sfu.ca/~tschipho/

Verghese, J., Lipton, R., Katz, M., Hall, C., Derby, C., Kuslansky, G., et al. (2003). Leisure activities and the risk of dement in the elderly. New England Journal of Medicine, 348: 2508–16.

Vink, A.C., Birks, J., Bruinsma, M.S. y Scholten, R.J.P.M. (2011). Music therapy for people with dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI:10.1002/14651858.CD003477.pub2.

Woods, B., Spector, A.E., Jones, C.A., Orrell, M. y Davies, S.P. (2009). Reminiscence therapy for dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI:10.1002/14651858.CD001120.pub2

Young, T.J., Manthrop, C., Howells, D. y Tullo, E. (2011). Developing a career communication intervention to support personhood and quality of life in dementia. Ageing and Society, 23(7):1003‐25.

María Domínguez Santos y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Confinamiento y deterioro cognitivo de nuestros mayores.

 

El pasado 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el COVID-19 como una pandemia mundial. Los gobiernos de todo el mundo decretaron un confinamiento para proteger a la población y evitar así su expansión (OMS, 2020). En España, la Comunidad de Madrid cerró los centros para mayores el 6 de marzo a fin de evitar contagios tras los primeros brotes.

Esa misma semana,se decreta el Estado de Alarma, imponiendo un confinamiento que duraría hasta el inicio del mes de junio, cuando algunos centros pudieron volver a la actividad presencial.

 

 

El confinamiento y la distancia social impuesta han resultado ser críticos para disminuir el contagio por COVID-19. Sin embargo, este distanciamiento social ha tenido impactos negativos en otros aspectos, como el económico, social o el sanitario; especialmente en la salud de la población más vulnerable: nuestros mayores (Fischer, Raiber, Boscher, y Winter, 2020).  En las personas mayores, el efecto psicológico del confinamiento es doble: por un lado, se incrementa el miedo y la incertidumbre asociado a la cuarentena y, por otro, pueden aparecer los efectos “post-cuarentena”, aumentando los sentimientos de soledad, distanciamiento social de los seres queridos, ansiedad y estrés, y manteniendo estos sentimientos a largo plazo (Banerjee, 2020).

Además, para aquellos que no han tenido familia o amigos cerca, se han incrementado todavía más los sentimientos de soledad, aislamiento y distanciamiento con el aumento de los riesgos físicos y psicólogos que conlleva (Armitage  y Nellums, 2020).

 

Es conocido que la soledad y el aislamiento en adultos mayores se relaciona no solo con un mayor declive físico, sino con un mayor riesgo de deterioro cognitivo  (Niedzwiedz, Richardson, Tunstall, Shortt, y Mitchell, 2016).

Sabemos que los mayores que se ven sometidos a situaciones de aislamiento tienen un mayor riesgo de complicaciones neuropsiquiátricas, ya que los que sufren un deterioro cognitivo o demencia requieren una especial atención (Huremović, 2019).

Por tanto, estos efectos se han incrementado en los mayores que padecían algún tipo de envejecimiento patológico. Sin embargo, no sólo se ha observado en ellos sino también los adultos mayores que con anterioridad al confinamiento llevaban una rutina activa y saludable. El aislamiento impuesto les ha afectado: especialmente a aquellos cuyo mayor contacto social se daba fuera del hogar; en centros de día, centros de mayores o talleres (Armitage  y Nellums, 2020).

Estudios previos han demostrado la relación entre aspectos del aislamiento social, por ejemplo, los bajos niveles de actividad comunitaria, con una pobre función cognitiva (Evans, Martyr, Collins, Brayne, y  Clare, 2019).

Se ha relacionado el aislamiento social con:

  • Un menor rendimiento en el funcionamiento ejecutivo.
  • Una peor capacidad de denominación.
  • Un empeoramiento en las funciones del lenguaje.
  • Y una menor capacidad de memoria a largo plazo (Wang YH, Huang FY, Zheng Y, et al. 2017).

Otros estudios han relacionado una reducida frecuencia de contactos o interacciones sociales con una disminución en la memoria episódica y la memoria de trabajo (Mousavi-Nasab, Kormi-Nouri, y Nilsson, 2014).

Investigaciones más recientes en modelos animales han encontrado que doce semanas de aislamiento provocan alteraciones en los patrones neuronales subyacentes a nivel cerebral que conllevan cambios comportamentales y alteraciones en las funciones cognitivas. En concordancia con lo anterior, se observó un aumento de los niveles de ansiedad y un peor rendimiento en la memoria de trabajo y en las capacidades de memoria espacial (Zorzo, Méndez-López, Méndez, Arias 2019).

En España, durante el confinamiento, se ha observado un empeoramiento generalizado de las funciones cognitivas en las personas mayores.

Los resultados preliminares, como los recogidos en una encuesta dirigida a adultos mayores de 65 años acerca de los efectos del confinamiento realizada por la Universidad Autónoma de Cataluña (UAB), muestran una percepción de empeoramiento a nivel cognitivo y emocional, especialmente en aspectos como la orientación o la atención (UAB, 2020).

De acuerdo con estos resultados, los mayores mostrarían más dificultades para concentrarse en las tareas cotidianas y una dificultad para orientarse de manera temporal, es decir, para situarse en el día y hora en que se encuentran.

Por suerte, también hay buenas noticias. Se han desarrollado estrategias  como las videoconferencias y el contacto telefónico, que han  demostrado ser eficaces en situaciones previas similares (Johal, 2009). Estas estrategias, recomendadas ante esta situación social para dar apoyo y soporte durante la fase de aislamiento a nuestros mayores (Ausín y Abad, 2020) han brindado la oportunidad de hacer un acompañamiento de los pacientes y han permitido a la mayoría de ellos continuar con sus tratamientos.

Las intervenciones psicológicas telemáticas han demostrado mejorar la impresión general y los indicadores de afiliación social, beneficiándose especialmente aquellos mayores con dificultades de movilidad o las personas más aisladas. Estas intervenciones demuestran proveer de un apoyo social y de un mayor sentimiento de pertenencia, mejorando el bienestar mental y reduciendo la sensación de soledad en adultos mayores (Newman, y Zainal, 2020; Armitage y Nellums, 2020).

 

Aunque con escasa implantación, la asistencia telemática en gerontología lleva años desarrollándose como recurso de apoyo en el domicilio que permite a familias, cuidadores y profesionales un mejor soporte al mayor. Estos sistemas permiten la asistencia remota a sesiones de estimulación cognitiva con los profesionales. De esta manera, los pacientes pueden seguir beneficiándose de estos tratamientos evitando un empeoramiento y retrasando la institucionalización, es decir, el ingreso en residencias (Díaz, Villanueva, Balo, López, Pedreira, y Millán-Calenti, 2006).

Desde el punto de vista de la estimulación cognitiva, durante el confinamiento se han puesto en marcha sesiones de estimulación cognitiva por videollamada y vía telefónica. Estas acciones son necesarias tanto para los pacientes como en muchas ocasiones para los cuidadores, quienes pueden informar sobre el estado y la evolución de los primeros y a los que se les pueden recomendar determinadas pautas para manejar posibles situaciones cotidianas que puedan surgirles (Wang, Barbarino, Gauthier, Brodaty, y Molinuevo, 2020).

 

 

Aunque no existen resultados específicos acerca de la eficacia de la estimulación cognitiva durante la cuarentena, estudios previos que han analizado las intervenciones para mejorar el aislamiento social en adultos mayores indican también una mejora en comparación con los grupos control, dando lugar a una mejor función cognitiva global. Intervenciones vía videollamada han demostrado mejorar las funciones del lenguaje, el funcionamiento ejecutivo y la velocidad de procesamiento en adultos mayores. Por tanto, parece que la estimulación cognitiva por medios telemáticos podría ser efectiva para mejorar el contacto social y mantener la función cognitiva (Evans, et al., 2019).

Para aquellos pacientes que no disponen de acceso a las nuevas tecnologías o que sufren un deterioro muy avanzado que impide el trabajo por dichas vías, existe la opción de realizar terapia domiciliaria siguiendo los mismos objetivos terapéuticos: estimular y evitar el deterioro de las capacidades cognitivas, evitar la desconexión con el entorno, favorecer la autonomía, minimizar el estrés y mejorar la calidad de vida del paciente y cuidadores (Espert Tortajada y Villalba Agustín, 2014).

 

CONCLUSIÓN

Como conclusión, ante la ausencia de un tratamiento efectivo y de una vacuna contra el COVID-19, es necesario continuar con las medidas de protección y distanciamiento social, pero sin que ello suponga un abandono en el tratamiento y cuidado de nuestros mayores. Además de la posibilidad de realizar estimulación cognitiva presencial con las medidas de seguridad pertinentes, se han implementado alternativas telemáticas que parecen ser efectivas para minimizar el impacto negativo que haya podido tener el confinamiento.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Ausín, B y Abad, A. (2020). Guía soledad y Covid-19. Recomendaciones para mitigar la soledad no deseada frente al Covid-19 en personas mayores y en población general. Recuperado de https://www.contraelestigma.com/resource/guia-soledad-covid19/

Armitage R, Nellums LB. COVID-19 and the consequences of isolating the elderly. Lancet Public Health. (2020). 10.1016/S2468-2667(20)30061-X. 

Banerjee, D. (2020). ‘Age and ageism in COVID-19’: Elderly mental health-care vulnerabilities and needs. Asian Journal of Psychiatry.

Evans, I. E., Martyr, A., Collins, R., Brayne, C., & Clare, L. (2019). Social isolation and cognitive function in later life: A systematic review and meta-analysis. Journal of Alzheimer’s disease, 70(s1), S119-S144.

Díaz, F., Villanueva, M. A., Balo, A., López, A., Pedreira, A. I., & Millán-Calenti, J. C. (2006). TeleGerontología: Un nuevo recurso de apoyo gerontológico a domicilio. Tékhne-Revista de Estudos Politécnicos, (5-6), 57-71.

Espert Tortajada, R., & Villalba Agustín, M. D. R. (2014). Estimulación cognitiva: una revisión neuropsicológica. Therapeia, (6), 73-93.

Fischer, F., Raiber, L., Boscher, C., & Winter, M. H. J. (2020). COVID-19 and the Elderly: Who Cares?. Frontiers in Public Health, 8.

Huremović, D. (2019). Mental health of quarantine and isolation. In Psychiatry of Pandemics (pp. 95-118). Springer, Cham.

Johal, S. S. (2009). Psychosocial impacts of quarantine during disease outbreaks and interventions that may help to relieve strain.

Moro, T., & Paoli, A. (2020). When COVID-19 affects muscle: effects of quarantine in older adults. European Journal of Translational Myology.

Mousavi‐Nasab, S. M. H., Kormi‐Nouri, R., & Nilsson, L. G. (2014). Examination of the bidirectional influences of leisure activity and memory in old people: A dissociative effect on episodic memory. British Journal of Psychology, 105(3), 382-398.

Newman, M. G., & Zainal, N. H. (2020). The value of maintaining social connections for mental health in older people. The Lancet Public Health, 5(1), e12-e13.

Niedzwiedz, C. L., Richardson, E. A., Tunstall, H., Shortt, N. K., Mitchell, R. J. & Pearce, J. R. (2016) The relationship between wealth and loneliness among older people across Europe: Is social participation protective? Preventive Medicine, 91, pp. 24-3

OMS. COVID-19: cronología de la actuación de la OMS. Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/detail/27-04- 2020-who-timeline-COVID-19

Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Empeoramiento de la orientación y la atención de las personas mayores de 65 años durante el confinamiento. Sala de prensa.

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Wang H, Li T, Barbarino P, Gauthier S, Brodaty H, Molinuevo JL, et al. Dementia care during COVID- 19. Lancet . 2020 Apr 11;395(10231):1190-1191. 

Zorzo, C., Méndez-López, M., Méndez, M., & Arias, J. L. (2019). Adult social isolation leads to anxiety and spatial memory impairment: Brain activity pattern of COx and c-Fos. Behavioural brain research, 365, 170-177.

Tamara Mateo Martínez y Miguel Ángel Maroto Serrano – Emociones y memoria.

 

¿CÓMO INFLUYEN LAS EMOCIONES EN NUESTRA MEMORIA?

En este artículo vamos a aprender cómo las emociones positivas nos ayudan a tener una buena memoria.

¡Vamos a empezar!

 

¿QUÉ ES LA MEMORIA?

De un modo sencillo, la memoria se define como un procedimiento psicológico que archiva información codificada.

En unas ocasiones recobramos esta información de manera consciente (cuando evocamos intencionadamente un recuerdo) y en otras de forma inconsciente (cuando algo nos viene a la cabeza).

En la especie humana la memoria ha ido progresando para mejorar la adaptación al medio y la selección natural (Ballesteros, 1999).

Recibimos constantemente muchísima información. Nuestro cerebro tiene que seleccionarla y, después, archivarla.

Pero, ¿cómo sabe qué guardar y qué desechar?

Para archivar de manera adecuada esta ingente cantidad de información, necesitamos hechos que le otorguen un significado más fuerte al elemento que nuestro cerebro va a conservar. De este modo, más adelante podremos recordar esta información de una manera más eficiente.

Y aquí es donde aparece el concepto de memoria emocional: hemos almacenado una información que estuvo marcada por elementos y factores de alerta. Esto hizo “diferente” a esta información y propició que se fijara con mayor facilidad (Justel, Psyrdellis, y Ruetti, 2013).

Es decir, hay una relación entre memoria y emociones. De hecho, gran cantidad de estudios han encontrado que las estructuras cerebrales relacionadas con la memoria se encuentran estrechamente relacionadas con las regiones que modulan las emociones (Ostrosky-Solís y Lozano-Gutiérrez, 2003).

Dicho de otro modo: en nuestro cerebro, las zonas donde se ubica la memoria y las zonas donde se ubican las emociones están vinculadas.

 

 

UN POCO DE ANATOMÍA…

  • Hipocampo: es la estructura principal de la memoria y se encarga de  facilitar el recuerdo. Se encuentra en la corteza temporal y forma parte del sistema límbico.
  • Amígdala: es la región del cerebro encargada de las emociones. Como el hipocampo, forma parte también del sistema límbico. Está en la profundidad de los lóbulos temporales. Cuando esta región se activa debido al contenido emocional, se regula el almacenamiento de información en otras regiones del cerebro (Justel, Psyrdellis y Ruetti, 2013).

Sabemos que ambas estructuras se encuentran conectadas, adquiriendo gran importancia en la formación de los recuerdos emocionales.

 

ENTONCES, ¿CÓMO ACTÚAN LAS EMOCIONES EN LA MEMORIA?

Las emociones pueden funcionar como un filtro seleccionando datos que van a ser guardados en la memoria.

Están íntimamente vinculadas con ella y se considera que el contenido emocional de los eventos influye sobre el recuerdo posterior. La información que se adquiere emocionalmente se recuerda de forma diferente que la que se adquiere neutralmente.

Las emociones positivas ayudan a ejecutar una conducta intencionada mediante una menor inhibición del material almacenado. Por ejemplo, la motivación incrementa el recuerdo tanto en adultos como en niños.

Las emociones que están basadas en la recompensa (satisfacción por conseguir un premio), ayudan a recordar la conducta que se debe realizar en un futuro (memoria prospectiva) (Gordillo, Arana, Meilán y Mestas, 2010).

 

 

¿SI FAVORECEMOS LAS EMOCIONES POSITIVAS FAVORECEMOS EL RECUERDO?

Sí. A nivel social, la emoción puede facilitar un recuerdo y actuar como una recompensa consolidando la información.

Por ejemplo, una sonrisa de un hijo a su padre es una comunicación afectiva y puede ayudar a que el padre recuerde mejor la información que ha acompañado esa sonrisa. Por tanto, la emoción también puede actuar como una señal de comunicación social (Girdillo et al., 2010).

 

¿Y LOS SUCESOS NEGATIVOS?

Los episodios negativos de nuestra vida provocan una mayor alteración emocional. Las emociones que vivimos en momentos así suelen ser más intensas.

Por ello, las emociones negativas pueden provocar recuerdos especialmente fuertes y consolidados. Ante un hecho muy doloroso o traumático la persona puede recordar ese evento de manera frecuente y detallada toda su vida.

 

¡EXPRESEMOS NUESTRAS EMOCIONES!

Es muy importante hacerlo. Con las positivas es fácil y los demás lo agradecen (alegría, demostrar interés, sentido del humor…)

Pero, ¿qué hacemos con las negativas? Antes de expresar  emociones negativas, te será útil elegir una persona de confianza y expresarle algún sentimiento positivo que hayas tenido últimamente.

Si tiene que ver con tu situación vital o familiar la fórmula es tan fácil como Me siento (muy feliz) por (estar contigo), por ejemplo.

Si está relacionado con un comportamiento de otra persona (familiar, pareja…) la fórmula sería la siguiente:

Me sentí (acompañado/halagado/satisfecho).

Explicarnos junto con verbos emocionales (siento, noto…) nos ayudará  tanto a nosotros como los demás, a que entiendan nuestras emociones. Revelar nuestras emociones y ayudar a que los demás lo hagan, nos quitará un peso de encima que producirá bienestar en nosotros.

De esta forma, se producirá una mejora general de distintas áreas de nuestro cerebro, entre ellas, la memoria.

 

APRENDIENDO A EXPRESAR EMOCIONES

  • Cuida el lenguaje expresivo (tono, escucha activa, mirar a los ojos).
  • Identifica el mejor momento para expresarte.
  • Pregúntale por la emoción que está experimentando.
  • Visualízate a ti mismo expresando las emociones que sientes.
  • Utiliza el humor.
  • Dile a la otra persona que se explique con sus palabras
  • Pregunta el por qué de la emoción.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4), 705-723.

Gratacós, M. Memoria emocional: características, proceso y cómo funciona. Recuperado de https://www.lifeder.com/memoria-emocional/

Gordillo León, F., Arana Martínez, J. M., Meilán, J. J., y Mestas Hernández, L. (2010). Efecto de la emoción sobre la memoria prospectiva: un nuevo enfoque basado en procedimientos operantes. Escritos de Psicología (Internet)3(4), 40-47.

Justel, N., Psyrdellis, M., y Ruetti, E. (2013). Modulación de la memoria emocional: una revisión de los principales factores que afectan los recuerdos. Suma psicológica20(2), 163-174.

Ostrosky-Solís, F. E. G. G. Y., y Lozano-Gutiérrez, A. (2003). Rehabilitación de la memoria en condiciones normales y patológicas. Avances en psicología clínica latinoamericana, 21, 39-51.

 

 

Génesis Riera Charlot y Miguel Ángel Maroto Serrano – Los mayores y las nuevas tecnologías.

 

EL ABUELO NO QUIERE UN SMARTPHONE

¿Te has preguntado por qué tus familiares mayores a veces no quieren saber nada de la tecnología?

El rechazo hacia las tarjetas de crédito, los móviles, internet… ¿será que no los entienden con la misma facilidad los jóvenes? o, ¿se debe a otra razón?

En este artículo queremos transmitirte dos ideas:

  1. Razones para que puedas comprender su comportamiento.
  2. Por qué es importante incluir a los mayores en los avances de la tecnología.

TÓPICO 1: “LA GENTE MAYOR NO PUEDE APRENDER NUEVAS HABILIDADES”

Es una frase bastante común en la sociedad actual y, sin embargo, no describe la realidad tal cual es: contrariamente a los estigmas asociados a la vejez las capacidades funcionales no se ven considerablemente afectadas con el paso de los años.

Nuestra plasticidad cerebral sufre una pérdida visible en su habilidad para aprender, pero sólo a partir de los 80 años (Levy, B. R., Zonderman, A. B., Slade, M. D., & Ferrucci, L., 2009).

Dicho de otro modo, no perdemos la capacidad de aprender, sólo nos cuesta un poco más.

 

 TÓPICO 2: “NO LO ENTIENDO” O “ESTOY MUY VIEJO PARA ELLO”

Es normal cierta animosidad por su parte en contra de la tecnología. Es algo que los mayores perciben como extraño y ajeno a ellos en muchos casos.

Sin embargo, ¿sabías que los mayores que manejan la tecnología o se sienten cómodos con ella tienen un nivel de autoestima por encima del promedio? (Caradonna, 2017).

 

REFLEXIONEMOS… ¿QUÉ SUCEDE CUANDO NOS TOMAMOS EL TIEMPO DE ENSEÑARLES?

La paciencia y un ambiente educacional sano son de gran ayuda para enseñar nuevas tecnologías a las personas mayores.

Veamos un ejemplo sencillo: un estudio hecho durante el proceso de aprendizaje de Microsoft Word en mayores:

  • Un equipo realizó este análisis, concluyendo que todos los mayores sentían interés por aprender a utilizar el ratón y el teclado.
  • Los participantes se asombraban al ver el texto hecho por ellos mismos.
  • Se sintieron capaces de aprender y esto contribuyó al mantenimiento de los procesos cognitivos en su cerebro.
  • La interacción alumno-mentor y alumno-alumno les gustaba: los hacía sentir animados y felices.

*Estudio realizado por Aldana González, García Gómez, & Jacobo Mata, 2012.

Si indagamos en profundidad, encontraremos numerosos estudios donde se habla del uso de actividades, como talleres de memoria para el mantenimiento de los procesos cognitivos, por lo que, ¿por qué no utilizar las nuevas tecnologías como otra actividad para estimularles?

¿QUÉ TECNOLOGÍAS PODEMOS UTILIZAR PARA MEJORAR LA VIDA DE LOS ADULTOS CON DETERIORO COGNITIVO?

Veamos algunos ejemplos prácticos:

  1. GRADIOR: software de rehabilitación que ofrece ejercicios para la mejora de la memoria, la percepción y la atención a través de tratamientos personalizados, actividades y sesiones individuales (IDES, 2014).
  2. HEALTHY HOME: aquí englobamos aplicaciones como iHome, Alexa y restantes apps dedicadas a este propósito. Ayudan al adulto mayor a aumentar la comodidad y el confort de su hogar al permitirle controlar las luces, persianas, calefacción, cocina, etc. desde un teléfono inteligente u otro dispositivo. Esto le da mayor libertad para realizar tareas por sí mismo y evitar accidentes como “tal vez me he dejado la cocina encendida” (Martín, Bueno Aguado, Díaz Bravo, & García, 2000).
  3. Aplicaciones que permiten planificar las actividades diarias, tomar notas, etc. (Martín, Bueno Aguado, Díaz Bravo, & García, 2000).
  4. Smartbrain, Neuroup, Imentia … y muchas otras apps  son un aliado para una estimulación adecuada, eso sí, siempre ayudados por un monitor o familiar.

Es importante tener en cuenta que, en ningún caso, estas herramientas deben sustituir a una rutina diaria de ejercicios diseñados para el mantenimiento cognitivo, y a la interacción social de la que disfrutan en espacios como AHORACENTROS.

 

 

¿Y LAS REDES SOCIALES?

El aprendizaje y uso recurrente de las redes sociales es favorable para mantener el contacto con personas con las que han compartido etapas en su vida, fomentando al mismo tiempo el mantenimiento de su red social y siendo propulsoras de nuevas amistades (Pérez García, y otros, 2019).

 

EN CONCLUSIÓN…

La comprensión del funcionamiento de las nuevas tecnologías requiere de práctica y ejercicio constante para nuestros mayores, pero una vez afianzado el conocimiento, se convierten en herramientas favorables para su vida diaria, evitando el retraimiento y la desconexión social (Pérez García, y otros, 2019).

 

BIBLIOGRAFÍA

Aldana González, G., García Gómez, L., & Jacobo Mata, A. (2012). Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) como alternativa para la estimulación de los procesos cognitivos en la vejez. CPU-e, 153-166.

Caradonna, G. (2017). El más allá de los 65 y los mass media: jóvenes, ancianos y uso de las nuevas tecnologías. (Tesis doctoral). Universidad de Extremadura. Extremadura.

IDES. (2014). GRADIOR es un software para la estimulación cognitiva, evaluación y rehabilitación psicológica. Obtenido de IDES: Innovación social & tecnologías asistenciales: https://ides.es/gradior

Martín, F., Bueno Aguado, M. G., Díaz Bravo, Y., & García, L. (2000). Nuevas tecnologías aplicadas a la intervención psicosocial en personas mayores. Intervención psicosocial, 269-282.

Pérez García, R., Cano López, L., Llera De La Torre, A. M., Córdoba Morales, C. M., Parra Díaz, A. B., & Aibar, A. (2019). El uso de las nuevas tecnologías para evitar la soledad de las personas mayores de 80 años. Paraninfo Digital, 1-3.

 

 

Lucía Sagrado Amador y Miguel Ángel Maroto Serrano – La técnica REVISEP

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Elena Fernández Méndez y Miguel Ángel Maroto Serrano –  Música para cuidadores

MÚSICA PARA CUIDADORES

 Hoy traemos una novedad al blog de Ahora Centros: entrevistamos a Conxa Trallero, experta en músico terapia para la ansiedad y el estrés en personas dedicadas a la atención de otras, como los cuidadores de mayores.

Conxa es Doctora en Ciencias de la Educación, Máster en Músico Terapia, profesora en el Conservatorio de Barcelona y pianista.

 

¿La musicoterapia que propone Conxa es para mí?

Sí, si te identificas con:

  1. Ser un familiar responsable de los cuidados continuos de una persona dependiente y a veces sientes agotamiento y angustia.
  2. Ser un profesional sanitario encargado del cuidado de mayores (médico, enfermero, psicólogo, fisioterapeuta, logopeda, auxiliar…) y el estrés y el burnout hacen mella en ti a veces.

En ambas situaciones, es fundamental reconocer los primeros síntomas psicológicos y físicos y valorar la importancia del autocuidado (Fandiño, 2019).

A menudo, por distintos motivos (exceso de responsabilidad, tristeza al ver al familiar enfermo, imposibilidad de delegar por no contar con una red de apoyo, estrés laboral…) los cuidadores descuidáis vuestro propio cuidado. Esto incrementa el riesgo de que los síntomas se agraven y la calidad de vida se vea seriamente disminuida.

Los cuidadores debéis tener herramientas de afrontamiento, ser conscientes de su importancia y pedir ayuda profesional.

Es común, por ejemplo, la asistencia a sesiones de Mindfulness, a grupos de apoyo y también la intervención musicoterapéutica, que supone una gran ayuda para que los cuidadores podáis recuperar un estado físico y emocional saludable. Esto os beneficia al cuidador y a quienes os rodean, incluida la persona dependiente.


La Dra. Conxa Trallero nos habla en esta entrevista de su método “Musicoterapia Autorrealizadora para el estrés asistencial (MTA)”:

 

Buenas tardes, Conxa, ¿cómo definirías la MTA?

Es una técnica que ayuda a restablecer la salud física, emocional y mental a través de la música y de la práctica musical.

Es una terapia complementaria, puesto que muy a menudo se asocia a otras terapias, como la medicina, la psicología, la logopedia, la rehabilitación…

No se puede decir que cure enfermedades sino que al mejorar el estado anímico del paciente aumenta sus defensas y sus posibilidades de mejora.

 

¿Hubo algún detonante en concreto que te llevara a desarrollar la MTA?

Una inquietud derivada de mi labor docente. Quería enseñar música de una manera más vivencial, así que empecé a buscar técnicas que me llevaron a la musicoterapia.

 

La MTA está enfocada, en principio, a tratar el burnout/estrés de profesionales asistenciales. ¿Es útil también en cuidadores no profesionales?

La MTA se puede usar en cualquier situación de estrés y ansiedad, sea cual sea su origen; tanto si la causa es profesional/laboral o como si es debida a presiones y conflictos personales.

La musicoterapia ayuda mucho en todas las situaciones de estrés.

 

¿En qué casos recomendarías la aplicación individual y la grupal, o ambas?

Lo ideal es poder hacer sesiones individuales y de grupo, de forma paralela. También es cierto que depende de la situación que esté viviendo el usuario.

Yo soy muy partidaria de las sesiones de grupo (pequeño, de 8 personas máximo) porque permite sentir el soporte emocional de los compañeros, y las actividades de cantar y tocar instrumentos se enriquecen mucho al realizarlas todos juntos.

Crear música conjuntamente es una experiencia muy gratificante y que aumenta la autoestima, la realización personal y ofrece a las personas unas vivencias de plenitud muy importantes para su desarrollo y curación.

¿Cuáles son los beneficios más reconocidos por los usuarios?

Se sienten más relajados, más conectados con su interior y más centrados y en paz. Mejora mucho su estado anímico.

Se crean vínculos emocionales con el grupo, lo que les proporciona soporte y crea confianza.

Todo ello deriva en una expresión y comunicación cálida entre todos los participantes. Se sienten queridos y aceptados.

 

Como la Dra. Trallero explica en la entrevista, es recomendable que los cuidadores que opten por beneficiarse de la Musicoterapia Autorrealizadora acudan a sesiones tanto individuales como grupales. No es necesario que el cuidador sepa música, pero sí es esencial que quien imparta las sesiones sea un Musicoterapeuta profesional titulado.

A través de las improvisaciones vocales e instrumentales, con las propiedades terapéuticas de la música, los usuarios vivencian un proceso de crecimiento personal, tomando consciencia de sus cualidades y expresando a través su mundo interior.

Se refuerza, así, su autoestima y rebajando sus niveles de ansiedad y estrés.

 

EJERCICIOS PRÁCTICOS.

Algunos de los ejercicios propuestos por la Dra. Trallero los podéis realizar de modo individual como la “Tensión y distensión” (Trallero, 2008), que consiste en expresarnos con nuestra voz libremente con el objetivo de reducir nuestra tensión y realizando a la vez movimientos con el cuerpo.

¿Cómo se hace? Partiendo de una posición tensa (de encogimiento, con los puños cerrados) pasa a una distensión tanto corporal como de la voz, emitiendo sílabas variadas de dos en dos.

Otras actividades están pensadas para realizarse en grupo, favoreciendo las relaciones sociales y la creación de lazos emocionales con otras personas.

Por ejemplo, “Sintonizo con las voces” (Trallero, 2008), que consiste en prestar atención a los sonidos emitidos por otros miembros del grupo, fijarnos en qué sensación nos producen y responder a aquellos con los que se siente más afinidad.

En conclusión, la música es una herramienta muy útil para que los cuidadores:

  • Exploréis vuestro interior.
  • Expreséis sentimientos.
  • Favorezcáis vuestra autoestima.
  • Y paliéis los efectos de la ansiedad, el estrés y el agotamiento tan frecuente en quienes dedicáis vuestra vida a asistir a personas dependientes.

¿Conoces nuestros Libros para Deterioro Cognitivo?  

Disponibles en PDF, en español e inglés.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Fandiño, L. A. (2019).  Efecto de la musicoterapia en la reducción de la sobrecarga física y emocional en un grupo de cuidadores en la ciudad de Bogotá D. C. Recuperado de http://www.bdigital.unal.edu.co/71556/

Trallero, C. y Oller, J. (2008). Cuidados musicales para cuidadores. Musicoterapia Autorrealizadora para el estrés asistencial. Bilbao. Editorial Desclée de Brouwer, S. A.

Carlos Verdejo de Antonio y Miguel Ángel Maroto Serrano – Mens sana in corpore sano: también para mayores. Deporte en personas mayores.

 

¿SABÍAS QUE LA ACTIVIDAD FÍSICA PREVIENE EL DETERIORO COGNITIVO?

 

Mantenerse activos físicamente es positivo tanto para pacientes con Alzheimer como para mayores sanos.

Pero comencemos por el principio: ¿qué entendemos por “ejercicio físico” en personas mayores? Hablamos de actividades ligeras o moderadas adaptadas a sus necesidades. Es importante tener en cuenta la condición física de cada persona.

Por suave que sea, el movimiento aporta múltiples beneficios, hasta el punto de considerarse una terapia no farmacológica eficaz en pacientes con deterioro cognitivo.

En Ahora Centros impartimos gimnasia suave guiada por expertos y en grupos pequeños.

 

¿CUÁNTO EJERCICIO HACER?

La recomendación para los mayores de 65 años es:

  1. Hacer al menos 150 minutos de actividad física aeróbica moderada a la semana, o 75 minutos de actividad física aeróbica más intensa.
  2. Para obtener más beneficios, es posible combinar diferentes intensidades.
  3. Debe realizarse durante intervalos de, al menos, 10 minutos.
  4. La actividad física debe incluir fortalecimiento de músculos al menos 2 veces por semana. Mantenernos fuertes ayuda, además, a mejorar el equilibrio y prevenir caídas.
  5. Las personas con dificultades de movilidad deben realizar actividad física al menos 3 veces por semana para mejorar su funcionalidad.

Es importante no realizar sobre-esfuerzos si existen problemas de salud.

 

¿QUÉ EJERCICIO HACER?

El ejercicio aeróbico obtiene los mejores resultados en los estudios.

Es preferible que la actividad no sea muy intensa pero que se realice durante sesiones más largas.

Buenos ejemplos de deporte adecuado son nadar, montar en bici o, simplemente, andar.

 

¿POR QUÉ ES TAN POSITIVO EL EJERCICIO?

Diferentes estudios han comprobado que la actividad física mejora:

  1. La memoria inmediata y la diferida.
  2. El aprendizaje verbal.
  3. La velocidad de respuesta y de procesamiento de la información.
  4. La función ejecutiva.
  5. La ubicación espacial.
  6. La cognición global.

¿A QUÉ SE DEBEN ESTOS BENEFICIOS?

El ejercicio físico genera cambios en la estructura y la función cerebral. En palabras sencillas, el deporte genera una mayor reserva cognitiva.

Y si contamos con más “recursos” cerebrales…

  • Estaremos previniendo el Alzheimer.
  • En caso de sufrirlo ya, la enfermedad irá más lenta.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA SOBRE EL DEPORTE Y EL ALZHEIMER?

  1. Se han realizado estudios mediante resonancia magnética nuclear que relacionan la actividad física con un volumen mayor del hipocampo, una importante zona cerebral.
  2. El ejercicio físico disminuye la producción de la proteína beta-amiloide (Aβ). ¿Por qué tiene importancia? Porque esta proteína aparece en mayor cantidad en la corteza cerebral de pacientes con Alzheimer que en la de la población sana.
  3. Se ha demostrado que las personas con deterioro cognitivo que realizan ejercicio físico preservan mejor la corteza frontal, temporal y occipital que pacientes que no lo practican.
  4. Se ha observado un mayor volumen cerebral y de sustancia blanca en personas con Alzheimer que realizan ejercicio físico.

La actividad física no sólo tiene beneficios físicos, sino que contribuye a aumentar el bienestar y calidad de vida del paciente. Además de aportar salud física existe una mejoría en el dominio de las relaciones interpersonales, estabilidad emocional y autoestima.

 

¿QUÉ OCURRE EN EL CEREBRO MIENTRAS HACEMOS DEPORTE?

Durante la actividad física aeróbica hay un incremento de la irrigación sanguínea del cerebro y mejora la utilización del oxígeno y de glucosa, lo que provoca cambios positivos en funciones como el aprendizaje y la memoria.

Además, si se introduce una carga cognitiva durante el ejercicio puede aumentar la neuroplasticidad.

En conclusión, la actividad física es una medida excelente tanto para prevenir el deterioro cognitivo como para las personas que ya lo sufren.

 

¿Conoces nuestros Libros para Deterioro Cognitivo?  

Disponibles en PDF, en español e inglés.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-Castro-Jiménez, L. E., & Galvis-Fajardo, C. A. (2018). Efecto de la actividad física sobre el deterioro cognitivo y la demencia. Revista Cubana de Salud Pública, 44, e979.

-González, J. L. S., & Arenillas, J. I. C. (2018). Calidad de vida y ejercicio físico: Estudio en una población mayor de 60 años. Calidad de vida, cuidadores e intervención para la mejora de la salud, 103.

-Márquez, N. M., Vergel, M. T. B., & Fernández, M. G. (2018). Promoción de la atención integral en la enfermedad de Alzheimer. Comps. Mª del Mar Molero José Jesús Gázquez Mª del Carmen Pérez-Fuentes Mª del Mar Simón, 77.

-Sánchez, M. Á. A., Ma, M. Á. B., & García-Casares, N. (2019). Efecto del ejercicio físico en la enfermedad de Alzheimer. Una revisión sistemática. Atención Primaria.

-Vargas, J. R. (2018). Deterioro Cognitivo Leve: del concepto a la planificación de ejercicio físico. Revista Terapéutica, 12(1), 16-26.

Shauri Molina Moran y Miguel Ángel Maroto Serrano – La soledad y la vejez.

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Patricia Gil Paterna y Miguel Ángel Maroto Serrano – El poder de los animales en el Alzheimer

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