Cristina Sánchez y Miguel Ángel Maroto – ¿Cómo me comunico con mi familiar con Alzheimer?

 

¿CÓMO ME COMUNICO CON MI FAMILIAR CON ALZHEIMER?

Te sientes frustrado. Tu mujer, tu padre… cada vez es más difícil comunicaros.

Es normal. A medida que avanza la enfermedad  le cuesta más expresarse y también entenderte. Esto se denomina afasia.

Te habrás dado cuenta de que le cuesta leer un libro, seguir el argumento de una película o ver las noticias.  Y también le sucede a la hora de hablar, ya sea para nombrar un objeto, expresar un sentimiento, un deseo, una necesidad.

Al enfermo le cuesta cada vez más hablar por la pérdida del lenguaje, de las palabras. Su vocabulario cada vez es más reducido, tanto a la hora de usarlo él, como a la hora de comprenderlo. Al final del proceso puede quedar reducido a media docena de palabras o a una sola palabra inteligible.

Este proceso, que comienza como una mera dificultad llegará a ser incapacidad. Si eres el cuidador, sabrás bien de qué te estamos hablando.

 

 

Esta pérdida de la facilidad para hablar y comunicarse se caracteriza por la anomía: la dificultad en encontrar la palabra adecuada. Se inicia con el uso de frases descriptivas o rodeos cada vez más complicados para decir una palabra:

  • “Donde se echa el agua para beber”, para denominar un vaso.
  • “Eso para guardar cosas y guardarlas para siempre”, para referirse a una cámara de fotos.
  • El uso de palabras comodín (chisme,trasto…)
  • Equivocaciones u omisiones en algunos sonidos de las letras de una palabra, como hacen los niños que están aprendiendo a hablar (“bata” en vez de “vaca”; “mateta”, en vez de “maleta”…)
  • El cambio de palabras de un mismo campo semántico (decir “perro” cuando se quiere decir “gato”).
  • O el uso de palabras inexistentes, inventadas y que a menudo provocan que no sepamos qué quieren decir, sobre todo si intentan describir o nombrar cosas abstractas, o ideas, o sentimientos, no cosas concretas reconocibles.

A esta deficiencia y paulatina incapacitación hay que unirle otros aspectos y pérdidas que el enfermo irá sufriendo: la memoria se va debilitando.

 

Las lagunas son cada vez más grandes, tanto en la memoria reciente, que es la que primero se pierde, como en los recuerdos del pasado. Es lo que se denomina amnesia.

A este deterioro le acompañan otros:

  • La agnosia o incapacidad para reconocer objetos y su uso (por ejemplo, morder un anillo; usar la cuchara para cortar…)
  • Por si fuera poco, se añade la pérdida de la capacidad de atención, con una ralentización cada vez mayor, de los tiempos de procesamiento de la información. Aparece la bradipsiquia, que es el enlentecimiento de la velocidad del impulso nervioso.
  • Otras pérdidas aparejadas a este proceso son la pérdida de la capacidad de razonar y de seguir razonamientos ajenos, aun los más sencillos.
  • Además, las disfunciones ejecutivas dan lugar a apatías y faltas de movilidad que dificultan todo tipo de movimientos, incluso los del habla.
  • Las alteraciones conductuales (desinhibiciones, desorganización, indecisión) y la pérdida de las habilidades sociales con comportamientos asociales (autismos) o antisociales (violencia), producen dificultades en su relación con las personas con las que el enfermo se relaciona.

Todo este cúmulo de dificultades se va creando una barrera entre el enfermo y las personas que le rodean, dificultando de una forma cada vez más profunda la comunicación.

La comunicación entre el paciente y el profesional o entre el paciente sus cuidadores es esencial a la hora de tratarle y cuidarlo.

 

 

¿CÓMO EL CUIDADOR PUEDE COMUNICARSE CON EL ENFERMO DE ALZHEIMER?

Lo primero que se debe hacer es crear un ambiente adecuado, sin ruidos, música de fondo, televisión…

Es importante que el enfermo no tenga sonidos que distraigan su atención o dificulten la audición, que puede estar mermada.

Porque otra cosa que es muy importante es asegurarse que está prestando atención. Es posible que al enfermo le cueste un tiempo fijar la atención, pero toda comunicación sin esa atención será fallida. Para ello, podemos usar trucos sencillos:

  • Es positivo usar el contacto corporal: agarrarle la mano, acariciarle.
  • Es importante mirarle a los ojos.
  • Es bueno y necesario que esté con gente, sobre todo con personas queridas y cercanas pero no conviene que haya mucha gente a la vez, o que se produzcan visitas de desconocidos o visitas sociales, al menos de forma habitual, con los que no tuvo mucha relación cuando estaba bien.

El lenguaje oral falla antes que el lenguaje gestual. Los gestos con las manos, la postura del cuerpo, los gestos de la cara, la mirada…todo el lenguaje corporal cobra una relevancia muy grande. Pueden servirnos para reforzar la palabra (“¿te duele la mano?” señalándole o tocándole la mano con gesto de preocupación).

Con el lenguaje corporal es más difícil mentir. Se debe expresar sinceridad con el cuerpo, por lo que habrá que empatizar internamente y realmente con el enfermo, y tener un verdadero interés por lo que él dice y por lo que se le dice.

Por otra parte hay que seguirle hablando como a un adulto, sin tonos infantiles.

Y no hay que hablar de él en su presencia, como si no se enterara de nada.

 

 

¿CÓMO HACERLE PREGUNTAS?

Deben ser directas y cerradas:

  • En vez de “¿qué tal estás?” decir “¿te duele la cabeza?”, intentando que pueda responder con un sí o un no.
  • O que la elección sea entre cosas concretas en vez de “¿qué quieres comer?” decir “¿quieres verdura o sopa?”.
  • Si es posible mostrarle las alternativas de forma visual, mejor (elegir entre chaqueta o abrigo mostrándoselos).

Los mensajes debes ser cortos y directos. Las frases y las preguntas complicadas, con subordinadas, o abiertas, además de no ser entendidas, provocan en el enfermo sensaciones de fracaso y tristeza, que tampoco son buenas para la marcha de su enfermedad.

Los que tratan y cuidan a un enfermo de Alzheimer deben tener en cuenta que los comportamientos extraños, o sus enfados, o negativas para hacer cosas pueden ser la forma que tiene de comunicar mensajes.

Por ejemplo, sus deambulaciones pueden significar que buscan algo; sus negativas a, por ejemplo, ducharse pueden significar que no quiere lavarse la cabeza, o que se quiere duchar en otro momento…

El cuidador tiene la tarea de ir viendo qué pueden querer decir sus actuaciones, que nos pueden resultar incomprensibles o molestas, pero que quizá sean las únicas formas de comunicación que posee.

Sus negativas a hacer algo se deben o se pueden negociar, ofreciéndole alternativas.

 

 

REPETICIÓN DE FRASES

Algo típico de la enfermedad de Alzheimer es la repetición constante de mensajes o preguntas. Si son motivo de preocupación o de estrés para el enfermo, se debe utilizar el método de la distracción, conduciendo su atención a otras cosas.

Si no son motivo de preocupación, se puede dar la información o la explicación una y otra vez.

 

CONCLUSIONES.

En definitiva, la comunicación con un enfermo de Alzheimer es un difícil reto para el cuidador.

Lo más importante es potenciar la empatía, poniéndose en su lugar, utilizar una comunicación no verbal sincera y abierta, huir de toda confrontación, y mantener la calma todo lo que se pueda, aceptando que no siempre, y cada vez menos a medida que pasa el tiempo, la comunicación será posible.

 

¿QUIERES SABER MÁS?

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Deus Yela, J; Deví Bastida, J.; Sáinz Pelayo, M. P. (2018). Neurología de la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Editorial Síntesis.
  • Hernández-Lahoz, C., López-Pousa, S. (2016). Alzheimer. Guía práctica para conocer, comprender y convivir con la enfermedad. Oviedo: Ediciones Nobel.
  • Martínez Piédrola, Rosa Mª, Miangolarra Page, Juan Carlos (Coordinadores), (2006). El cuidador y la enfermedad de Alzheimer. Formación y asistencia. Madrid. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.
  • Vila Miravent, J. (2011). Guía práctica para entender los comportamientos de los enfermos de Alzheimer. Barcelona: Ediciones Octaedro.
  • Fundación Pasqual Maragall, en https://blog.fpmaragall.org/como-tratar-a-un-enfermo-de-alzheimer-la-comunicacion

Cristina Sánchez y Miguel Ángel Maroto-Deterioro cognitivo leve: ¿qué significa?

 

¿Sabías que…?

No sabemos con exactitud cómo se inicia la enfermedad del Alzheimer, pero las primeras lesiones cerebrales se producen unos 15 años antes de que aparezcan los síntomas.

¡15 años! Por aquel entonces tu familiar, al que acaban de diagnosticar Alzheimer, seguramente aún trabajaba o se ocupaba de la familia, o ambas cosas.

¿Quién se iba a imaginar que una enfermedad silenciosa comenzaba en su cerebro?

Cuando la enfermedad de Alzheimer hace visibles sus primeros síntomas las lesiones en el cerebro ya son graves. Por eso es importante actuar con premura.

 

 

LEVE, MODERADO, GRAVE… NOS LO HA DICHO EL MÉDICO PERO, ¿QUÉ SIGNIFICA?

Hay diversas escalas para clasificar las fases de la enfermedad.

A. Escala GDS: se caracteriza por analizar la evolución de la enfermedad como un proceso de pérdida de facultades similar (pero a la inversa) al proceso de aprendizaje de capacidades que tuvimos en los primeros años de nuestra vida.

¿Has visto la película El curioso caso de Benjamin Button, protagonizada por Brad Pitt? En ella, el protagonista nace como un anciano y, a medida que cumple años, pasa a la edad madura, a la juventud y finalmente, muere siendo un bebé.

Podría decirse que algo similar ocurre en el deterioro cognitivo: cuanto más tiempo pasa, la persona pierde más habilidades adquiridas durante su aprendizaje infantil (orientarse, relacionarse, hablar…)

B. Otra escala reconocida es la escala FAST. Una fuente de referencia para aprender sobre ella puede ser la Fundación Pascual Maragall.

 

 

¿CÓMO ES LA FASE LEVE?

Como hemos dicho, empieza mucho antes de que se manifiesten los primeros síntomas. Esta fase se puede dividir, siguiendo la escala GDS, en cuatro niveles. En el artículo de hoy vamos a ver el primero de los cuatro.

  1. ETAPA DE NORMALIDAD, O FASE PRE-CLÍNICA.

Todo parece estar bien a nivel cognitivo y de conducta. El enfermo actúa, piensa, habla y se relaciona como una persona sana. Pero en su interior ya se están produciendo anomalías y alteraciones en determinadas proteínas. Algunos autores mencionan posibles síntomas leves, como pequeñas disfunciones del sueño, pero son teorías aún sin afianzar ni evaluar suficientemente.

Hay, principalmente, dos proteínas que sufren anomalías y que son el inicio de la enfermedad:

A. La proteína ß-amiloide (beta-amiloide), que está en la membrana de las neuronas.

Vamos a explicarlo de un modo sencillo: proteína ß-amiloide es una proteína larga formada por varias partes.

Imaginemos un tren formado por varios vagones. El tren tiene un tiempo de vida útil, así que cuando el tren se hace viejo debe ser sustituido por uno nuevo.

En ese momento, hay que sacar fuera de la neurona el viejo tren para llevarlo a la chatarra.

Hay un operario que se encarga de separar el tren en vagones y sacarlos uno por uno.

Pero, ¿qué ocurre cuando el operario hace mal su trabajo y hay vagones del tren demasiado grandes?

Que los viejos vagones se acumulan en el espacio entre las neuronas y nadie se los lleva. Quedan abandonados y la chatarra se amontona cada vez más. Llega un momento que hay tanta chatarra acumulada entre las neuronas no se pueden comunicar entre ellas.

En lenguaje más próximo a la fisiología: cuando hay que renovar la proteína ß-amiloide (el tren) hay una enzima (el operario) que corta esta proteína para que pueda ser evacuada del espacio intersticial (zona entre las neuronas).

El líquido cefalorraquídeo se lleva los fragmentos hasta las terminaciones de los vasos sanguíneos y son expulsados del cerebro.

El problema se produce cuando la enzima encargada del corte de la proteína lo hace mal: los cortes son demasiado grandes y la proteína ß-amiloide queda como residuo entre las neuronas.

Esto da lugar a placas que dificultan y terminan por imposibilitar la sinapsis (la comunicación) entre las neuronas

 

B. La segunda proteína implicada es la tau, que se encuentra dentro de la neurona.

Por un proceso bioquímico, la proteína se va acumulando cada vez más y se forman unos “ovillos”, precisamente como si de ovillos de lana se tratara. Afectan tanto a la neurona que acaba muriendo.

De nuevo, lo explicamos en un lenguaje más científico: se produce una hiperfosforilación de la proteína cuando no debería ser sí.

Esta anomalía hace que se generen ovillos neurofibrilares por acumulación de la proteína que producirán el mal funcionamiento de la neurona, un estrés neuronal y, en definitiva, su muerte.

 

¿POR QUÉ TARDA TANTO EN SER VISIBLE LA ENFERMEDAD?

En las primeras etapas de la enfermedad estas anomalías el cerebro las va “solucionando” por medio de conexiones alternativas.

El cerebro es un órgano muy plástico que evoluciona y cambia a lo largo de toda la vida creando nuevas conexiones y rutas.

Los estudios de cerebros procedentes de autopsias muestran daños propios de la enfermedad de Alzheimer en cerebros de personas aparentemente sanas que estarían en la fase asintomática. Estos daños se encuentran, especialmente, en el hipocampo y en zonas conectadas con él.

Las personas que han tenido una actividad y un progreso cognitivo alto o muy alto (por ejemplo, que hayan ejercido profesiones exigentes a nivel intelectual) generan con más facilidad y rapidez nuevas conexiones que permiten al cerebro seguir funcionando aunque las anomalías ya estén presentes.

Además, una buena dieta, actividad mental, evitar el tabaco y una vida saludable hacen que la persona que tenga esta enfermedad alargue el período de vida normalizada.

 

 

En todo caso, aunque una vida y una alimentación saludables son, sin duda, elementos beneficios para la prevención o el retardo de todo tipo de demencia, no hay nada demostrado sobre la relación causa-efecto de formas de vida poco saludables, accidentes, forma de vida, ni tan siquiera la predisposición genética, con el nacimiento y desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

¿Quieres saber más?

 

BIBLIOGRAFÍA

  • https://blog.fpmaragall.org/escala-fast
  • Díaz-Madomingo, M.C., García-Herranz, S., Peraita-Andrados, H. Detección precoz del deterioro leve y conversión a la enfermedad de Alzheimer: un estudio longitudinal de casos. Madrid. (2010). Revista Psicogeriatría 2010; 2 (2). Viguera Editores.
  • Deus Yela, J; Deví Bastida, J.; Sáinz Pelayo, M. P. (2018). Neurología de la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Editorial Síntesis.
  • Herández-Lahoz, C., López-Pousa, S. (2016). Alzheimer. Guía práctica para conocer, comprender y convivir con la enfermedad. Oviedo: Ediciones Nobel.
  • Valls-Pedret, Cinta; Minuevo, José Lui; Rami, Lorena. Diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer: fase prodrómica y preclínica (2010). Barcelona. Revista Neurol 2010; 51 (8).
  • Vila Miravent, J. (2011). Guía práctica para entender los comportamientos de los enfermos de Alzheimer. Barcelona: Ediciones Octaedro.

 

 

Miguel Ángel Maroto-Demencia y apnea del sueño.

 

La persona que duerme a tu lado ronca muy fuerte.

De repente, silencio, silencio, silencio… No respira.

Y ahora sí. Ahora inhala aire ruidosamente y con angustia, como alguien que sale del agua.

¿Qué ha pasado?

¿Te resulta conocido?, ¿tienes un familiar que duerme así por la noche o en una siesta?

Puede que tenga APNEA DEL SUEÑO.

  1. ¿QUÉ ES LA APNEA?

Definamos el SAOS (Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño): de forma sencilla, es una parada en la respiración durante el sueño, de forma repetida y de hasta varios minutos.

No es puntual; se repite durante toda la noche.

Va acompañada de ronquidos aparatosos hasta que la persona deja de respirar y queda en silencio total.

Angustioso, ¿verdad?

 

  1. ¿QUÉ ESTÁ OCURRIENDO EN EL CUERPO?

Mientras la persona no respira, disminuye el nivel de oxígeno en sangre y aumenta el de CO2.

Si estas pausas respiratorias son de duración superior a dos minutos pueden ser muy peligrosas.

 

  1. APNEA DEL SUEÑO Y ALZHEIMER.

Los trastornos del sueño afectan a un 25–30% de los pacientes con demencia y contribuyen a un mayor riesgo de ingreso en residencias por la sobrecarga que generan en los cuidadores.

Diferentes estudios señalan a las apneas sin tratar como desencadenantes a medio y largo plazo de deterioro cognitivo en personas menores de 60 años. La sustancia gris del hipocampo se puede dañar y esto afecta la atención, memoria y las funciones ejecutivas.

En la enfermedad de Alzheimer hay neurotransmisor que resulta muy afectado: la acetilcolina. Es fundamental en la regulación del sueño, ya que participa en su inicio y su mantenimiento.

  1. LA CIENCIA VIENE AL RESCATE: LOS CPAP.

CPAP: dispositivo que genera presión positiva continua en la vía respiratoria (del inglés Continuous Positive Airway Pressure).

En un estudio realizado con pacientes con enfermedad de Alzheimer se demostró que el uso del dispositivo CPAP para el tratamiento de las apneas ralentizaba e incluso mejoraba el deterioro cognitivo.

Esto ocurre porque ayuda a desarrollar un mayor volumen de la sustancia gris del hipocampo y de los lóbulos frontales.

Resulta lógico que la falta de oxígeno (hipoxia) que se produce durante las pausas respiratorias cause con el tiempo daño neuronal. Los dispositivos (CPAP) ayuden a revertir la situación.

  1. POR EL HILO SE LLEGA AL OVILLO…

¿Sabías que hay un trastorno del sueño que ayuda a diagnosticar las demencias? Viendo cómo duerme la persona, se puede saber mucho.

En el Trastorno Conductual del Sueño REM el paciente no inhibe el tono muscular como debería ocurrir mientras dormimos. Es decir, la persona puede moverse durante el sueño REM, que es la fase en la que soñamos.  Como consecuencia, puede realizar movimientos bruscos imitando la acción que está soñando (correr, pelear, bailar…), con el riesgo de lesionarse a sí mismo o a su compañero de cama.

Este tipo de trastorno de sueño se da con mucha mayor frecuencia en la Enfermedad de Parkinson y en la demencia por cuerpos de Lewy. Sin embargo, aparece mucho menos en la enfermad de Alzheimer. Esto ayuda con el diagnóstico.

 

  1. TERAPIAS SIN FÁRMACOS.

Los fármacos juegan un papel muy importante, pero hay otras opciones que han demostrado su eficacia en pacientes con demencia y trastornos del sueño.

A. Terapia lumínica:

La luz es crucial en la regulación del sueño, ya que a través de la glándula pineal se sintetiza la hormona llamada melatonina, que es fundamental en:

  1. La regulación del ritmo circadiano.
  2. El control de la temperatura del cuerpo.
  3. Reducir el estrés oxidativo que pudieran causar las apneas de sueño no tratadas.

Diferentes estudios han mostrado que la exposición a la luz natural y a la luz artificial de amplio espectro produjo en personas mayores aumento de horas totales de sueño nocturno después de 4 semanas de tratamiento.

Otros estudios muestran cómo la combinación de melatonina y terapia lumínica reduce la agitación y mejora parámetros del sueño, por ejemplo como el tiempo en tardar en dormirse, el tiempo total de sueño, la eficacia (si es reparador o no…)

B. Actividad física:

La actividad física tiene grandes beneficios en personas mayores:

  • Crea masa muscular.
  • Mejora la fuerza.
  • Reduce las caídas.
  • Mejora el estado de ánimo
  • Es eficaz en el tratamiento del deterioro cognitivo.
  • Mejora el ritmo circadiano.
  • Potencia el sueño reparador en personas mayores.

C. Terapia conductual multicomponente:

  • La restricción del sueño o acortar las horas que se pasa en la cama.
  • Practicar la relajación muscular antes de ir a dormir.
  • Cuidar la “higiene del sueño”: levantarse y acostarse siempre a la misma hora, evitar el uso de excitantes como café, té, chocolate, alcohol y tabaco, limitar o eliminar las siestas, evitar cenas copiosas , controlar la luz, ruido y temperatura de la habitación.

D. La actividad social (familia, amigos…) combinada con la actividad física también ha demostrado ser un factor que ayuda a mejorar el sueño en personas mayores.

 

  1. EN RESUMEN: ¿QUÉ HAGO PARA MEJORAR EL SUEÑO DE LA PERSONA A LA QUE CUIDO?

A la vista de los diferentes estudios científicos, toma estas sencillas medidas  durante al menos 3 semanas:

 

  1. Regulación de horarios: acostarle y levantarle todos los días a la misma hora.
  2. Reducción de horas que pasa en la cama despierto.
  3. Exposición prolongada a la luz solar.
  4. Ejercicio físico de, al menos, una hora y por las mañanas.
  5. Melatonina: pese a estar autorizada su venta en España de forma libre en formato de hasta 1,9 mg, os aconsejamos consultar con su médico, geriatra o neurólogo antes de administrarla por nuestra cuenta.
  6. Participación semanal en actividades sociales.

Así mejorarán con el tiempo diferentes variables del sueño del paciente con demencia:

  • El tiempo que se tarda en dormir (latencia).
  • El número y duración de los despertares nocturnos.
  • La eficacia del sueño.

Y, por añadidura, ayudará a mejorar su estado cognitivo.

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Maroto Serrano, Miguel Ángel. Dormir Bien, programa para la mejora del sueño. Consejería de Sanidad, Comunidad de Madrid, 2003
  • Marcelo Miranda C., Rodrigo O. Kuljis. Trastornos del sueño en la enfermedades neurodegenerativas . Unidades de trastornos del movimiento y de la cognición y la conducta. Departamento de neurologia . Clínica las Condes. 2013 . Artículo
  • Miranda M., Castillo JL Slacheveski A., Alteraciones del sueño en enfermedades neurodegenerativas. Incluido dentro de Tratado del sueño. Vigueras editores. Barcelona 2013
  • McCurry SM, Ancoli-Israel S. Sleep dysfunction in Alzheimer´s disease and other dementias. Curr Treat Opcions Neurol 2003

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cristina Sánchez y Miguel Ángel Maroto-¿Cómo le decimos a mi padre que tiene Alzheimer?

 

¿Te has preguntado si es buena idea informar a tu familiar de lo que le pasa? Este artículo es para ti.

Cuando una persona es diagnosticada de una enfermedad neurodegenerativa tiene derecho a recibir toda la información sobre su patología, evolución, pronóstico y tratamiento.

Hace años, para no dar malas noticias o evitar sufrimiento se evitaba dar información al paciente y los profesionales de la salud se la transmitían sólo a la familia.

El derecho a la información a todos los pacientes está reconocido y regulado desde 1986 en la Ley General de Sanidad pero, en realidad, ha tardado mucho en consolidarse. De hecho, todavía hoy no está suficientemente arraigado.

 

 

La Ley 41/20002 de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, consolidó este derecho de todas las personas sin distinción de la enfermedad que padezcan. En su artículo 4 afirma:

Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona tiene derecho a que se respete su voluntad de no ser informada. La información, que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias.”

El derecho a la información es muy importante, pues para poder tomar decisiones y  poder ejercer nuestra libertad tenemos que contar con datos. Así, las personas con enfermedad de Alzheimer u otras demencias han de tener información verdadera, comprensible y adecuada para que puedan tomar decisiones de acuerdo con su propia y libre voluntad.

Como exige la Ley, el titular del derecho a la información es el paciente. También serán informadas las personas vinculadas a él, por razones familiares o de hecho, en la medida que el paciente lo permita de manera expresa o tácita.

El paciente será informado, incluso en caso de incapacidad, de un modo adecuado a sus posibilidades de comprensión y cumpliendo con el deber de informar también a su representante legal.

 

 

¿QUÉ DICE LA LEY DE PROTECCIÓN DE DATOS?

Exige que toda persona tenga derecho a una información de los datos que le conciernen y, por tanto, también aquellos relacionados con su salud y regulados en el Reglamento del Parlamento Europeo relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales.

En la Ley de Protección de Datos, además, se indica que la persona que tiene derecho a la información es el propio paciente, que la recibirá de forma veraz y completa.

Hasta aquí quedan varias cosas claras:

  • Informar al paciente es obligatorio por ley.
  • Informar al paciente es importante para que tome decisiones.
  • La información debe adaptarse según su capacidad de comprensión para asegurarnos de que la entiende.

 

 

EL PACIENTE Y SU FUTURO.

La persona tiene que tomar decisiones para prepararse ante un futuro en el que perderá la autonomía y la capacidad de elegir.

Puede padecer muy duro, pero el paciente tiene derecho a conocer toda la verdad. Y conocer una situación tan áspera no es fácil: el paciente recibe una noticia dramática que le provocará un duelo por pérdida de su salud.

Los familiares y amigos deben ofrecerle acompañamiento y ayuda para tomar decisiones y enfrentarse al futuro.

 

PERO, ¿Y SI PREFIERE NO SABER NADA?

También es un derecho que puede ejercer: si así lo quiere tiene derecho a no saber, a no conocer la enfermedad que tiene o la evolución. Los profesionales han de ser respetuosos cuando la persona dice que no quiere saber nada.

Aunque pensemos que tener una buena información es lo mejor para tomar decisiones adecuadas y poder enfrentarse a la enfermedad lo que prima no es lo que opinemos nosotros, sino el interesado.

Eso sí, pueden requerir información más adelante o querer conocer sólo algunos aspectos determinados. En cualquier caso, siempre se debe hacer lo que decida el paciente.

Tengamos presente que la decisión es suya. Nuestro deber es respetarla, y acompañarle en su camino.

Nuestro apoyo es crucial para que nuestro ser querido asimile una pérdida tan importante como es la pérdida de su propia salud, de su memoria y de su capacidad cognitiva.

 

¿Quieres saber más? Haz clic aquí.

 

BIBLIOGRAFÍA

-Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. BOE, Madrid, España.Núm. 102, de 29 de abril de 1986. Art. 10.2. A la información sobre los servicios sanitarios a que puede acceder y sobre los requisitos necesarios para su uso. La información deberá efectuarse en formatos adecuados, siguiendo las reglas marcadas por el principio de diseño para todos, de manera que resulten accesibles y comprensibles a las personas con discapacidad.

-BOE, Madrid, España, núm.274, de 15 de noviembre de 2002.

-Ley 14/1986. Art. 5. El derecho a la información y al acceso de sus datos esta regulado en el Reglamento (UE) Reglamento (UE) 2016/679 DEL Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos y por el que se deroga la Directiva 95/46/CE (Reglamento general de protección de datos). Diario Oficial de la Unión Europea, 4 de mayo de 2016. Recuperado de https://www.boe.es/doue/2016/119/L00001-00088.pdf.

-Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales. BOE, Madrid, España.Núm. 294, de 6 de diciembre de 2018. Artículos 11 y 12.

Cristina Sánchez y Miguel Ángel Maroto- Tutela, internamiento y protección legal en pacientes de demencia. 

 

En el artículo de hoy continuamos acercándonos a los diferentes tipos de protección legal a que pueden acogerse los pacientes de demencia.

La incapacidad es la forma de protección legal judicial primordial a la que pueden acogerse. Está regulada en los artículos 199-214 del Código de Derecho Civil.

Sin embargo, no es la única forma. Además, hay otras figuras legales:

  • La tutela.
  • La curatela.
  • El defensor judicial.
  • La guarda de hecho.
  • El internamiento no voluntario.

LA INCAPACIDAD JUDICIAL

Existen dos clases de capacidades:

  • La capacidad jurídica: hace referencia a los derechos y obligaciones que tiene toda persona por el hecho de serlo. Esta capacidad nunca es objeto de la incapacidad judicial.
  • La capacidad de obrar: sí puede ser limitada o anulada, pero sólo mediante sentencia judicial (art. 199 Código Civil).

Esta incapacidad puede ser conveniente o necesaria para proteger al propio enfermo, incluso cuando el paciente haya previsto poderes generales preventivos y haya formalizado la autotutela.

¿Por qué? Porque ambas figuras no incapacitan al enfermo, que puede seguir realizando todo tipo de actos jurídicos válidos si no está incapacitado. Si quieres saber más, haz clic aquí. 

La incapacitación no tiene efectos retroactivos. Es decir, todos los actos que se el paciente haya realizado antes de la sentencia tendrán, en principio, validez legal, incluso aunque sean en su perjuicio.

¿Quién puede solicitar la incapacidad de una persona?

  • Los familiares cercanos: el cónyuge o asimilado, ascendientes, descendientes o hermanos.
  • Cualquier otra persona, y con más razón si es funcionario público, que conozca la situación de presunta incapacidad de otra persona podrá o deberá dirigirse al Ministerio Fiscal.

¿Cómo es el proceso de incapacitación?

La fiscalía realiza los actos pertinentes (art. 757 Ley de Enjuiciamiento Civil). El Ministerio Fiscal siempre estará presente en el proceso velando por los intereses de la persona.

El juicio es verbal, aunque si se estima necesario, puede celebrarse a puerta cerrada.

Si es la fiscalía la que ha promovido el proceso, el procesado tendrá que ser asistido por abogado y procurador.

El juez recibirá las pruebas pertinentes y podrá solicitar de oficio las que crea oportunas, contando con la participación de médicos y psicólogos forenses.

Siempre que su situación se lo permita se oirá al paciente, a los parientes más próximos y a todas las personas que el juez considere oportunas.

La sentencia, si es a favor de la incapacidad:

  1. Tendrá que especificar las limitaciones de la capacidad de obrar (es decir, si es parcial o total).
  2. Y también nombrará un tutor, para caso de incapacidad total, o un curador, si la incapacidad es parcial. Más adelante nos acercaremos a estas dos figuras.

¿Se puede modificar la incapacidad de una persona?

Sí, puede aumentar o disminuir sus límites e incluso la reintegrar la capacidad a la persona cuando sobrevengan nuevas circunstancias.

En el caso del enfermo de Alzheimer se debe pensar que nunca se recuperarán facultades perdidas y sólo, si la sentencia fue una incapacitación parcial, se podría modificar para aumentar la incapacidad o convertirla en incapacidad total.

LA TUTELA

El tutor es nombrado por el juez en la sentencia de incapacidad, como mencionábamos en el apartado anterior.

¿A quién se elige para ser el tutor?

  • Normalmente es el cuidador principal en los casos de Alzheimer, pero no siempre es así.
  • Lo más frecuente es que sea una persona física, aunque el juez puede decidir que sean varias personas. A la hora de tomar decisiones deberán actuar conforme a lo que decidan la mayoría de los miembros.
  • También es posible que el cargo de tutor recaiga en una persona jurídica que no tenga finalidad lucrativa.

¿Y si la persona ha elegido ya a su tutor?

A veces, la persona cuenta con un documento de autotutela.

¿Qué quiere decir esto? Que cuando aún podía hacerlo decidió elegir por sí mismo quién sería su tutor. Si es así, el juez deberá seguir su voluntad.

¿Puede el juez elegir un tutor diferente al que ya elegió el interesado?

Sí, pero sólo lo podrá hacer si por motivos justificados ve que esa persona no es apta para esa responsabilidad.

También puede cambiar al tutor que él mismo pusiera en la sentencia de incapacitación. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si el tutor está haciendo un mal uso del cargo o si ya no es la persona idónea otro motivo, por ejemplo, por falta de salud.

¿Qué puede hacer el tutor?, ¿qué facultades tiene?

Tiene, normalmente, plenas facultades respecto al incapacitado, pero habrá que estar a lo que dictamine la sentencia.

En todo caso, siempre determinados actos de mayor importancia, ya sea económica o personal, deben ser supervisados y autorizados judicialmente, como es el caso del internamiento, del que hablaremos después.

Hay actos que nunca podrá realizar el tutor, como dictar testamento o casarse en lugar del incapacitado, por ser un acto que el derecho lo tiene como “personalísimo” y, por tanto, indelegable.

Referencias:

La guarda y protección de la persona y bienes o solamente de la persona o de los bienes de los menores o incapacitados se realizará, en los casos que proceda, mediante: la tutela, la curatela y el defensor judicial” (art. 215 Código Civil).  La figura del tutor está extensamente regulada en los artículos 222-285 del Código Civil.

LA CURATELA

El Código Civil, en su artículo 287 dice que “procede la curatela para las personas a quienes la sentencia de incapacitación o, en su caso, la resolución judicial que la modifique coloquen bajo esta forma de protección en atención a su grado de discernimiento”.

El curador será el representante legal del incapacitado en los actos, y solo en los actos, en los que esté incapacitado.

En estos casos siempre estamos hablando de incapacitación no total.

En lo demás, se puede decir que sigue la normativa esencial de los tutores (nombramiento, modificación, remoción…)

 

EL DEFENSOR JUDICIAL

Esta figura está desarrollada en los artículos 299-302 del Código Civil.

Es la figura que puede activar el juez para la salvaguarda de los intereses del presunto incapacitado o del incapacitado por sentencia.

Es temporal:

  • Se usa durante el tiempo que dura el proceso judicial de incapacitación si el juez cree que los intereses del enfermo pueden correr peligro.
  • Cuando el juez aprecia que puede haber un mal uso, por negligencia o de forma maliciosa, de la tutela o de la curatela.

Durante el tiempo que se tarde en sustanciar las averiguaciones o los nuevos nombramientos de tutor o curado.

 

EL GUARDADOR DE HECHO

En realidad el Código no da una definición del guarda de hecho, pero habla de él en los artículos 303 y siguientes.

Es la persona que, sin existir acto legal ni sentencia judicial, cuida del supuestamente incapaz y realiza las actuaciones propias de un tutor. Es una realidad, que en la práctica, se da muchas veces.

Lo que dice la ley es que el juez, cuando tenga noticia de la existencia de un guarda de hecho, le pedirá cuenta de sus actuaciones y promoverá las actuaciones pertinentes, entre las que puede estar, la de dotarle de facultades tutelares.

En realidad, sería regularizar la situación de hecho.

Los actos realizados por el guardador, si han sido en beneficio del guardado, tendrán plena validez (art. 304 Código Civil).

INTERNAMIENTO INVOLUNTARIO POR RAZÓN DE TRASTORNO PSIQUIÁTRICO.

Este es un tema especialmente sensible, pues estamos hablando de los casos en los que, en contra de la voluntad del incapacitado, se le quiere internar en una residencia geriátrica para su cuidado.

Las razones pueden ser muy diversas: desde la imposibilidad de cuidarle adecuadamente por la familia o cuidador principal, por enfermedad de éste, por ejemplo, o por simple desafección.

Obviamente el internamiento involuntario está recogido por nuestras leyes como una posibilidad bien conocida. En el Código Penal, muchas penas llevan consigo la privación de libertad y el internamiento.

El código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil se tratan los internamientos no voluntarios por razones “psiquiátricas”. Y aquí viene el posible problema semántico. Veamos: la enfermedad de Alzheimer no se considera una enfermedad psiquiátrica, sino neurológica. Tradicionalmente se habla de:

  • Enfermedades psiquiátricas: son las que afectan a las funciones de la mente.
  • Enfermedades neurológicas: afectan al órgano de la mente, el cerebro.

La relación entre ambas y los estudios acerca de si toda enfermedad psiquiátrica deriva de una anomalía cerebral o no; o los estudios sobre la transformación o evolución de las enfermedades neurológicas en psiquiátricas, van más allá del cometido de este blog.

En lo que respecta al punto de vista legal, este punto se encuentra desarrollado en el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Salvada la cuestión semántica (que tiene su importancia), el artículo dice que siempre se realizará con autorización judicial, que será, normalmente previa. Si, por razones de urgencia el internamiento ser realiza antes de la autorización judicial, se tendrá que conseguir, en el menor tiempo posible (como máximo 24 horas), la autorización posterior por medio de la ratificación judicial del internamiento.

La ley, hablando de internamiento de menores, manda que ese internamiento se realice en centros adecuados a su edad (art. 763.2 Ley de Enjuiciamiento Civil). No dice nada de los ancianos, pero podríamos, por analogía, pensar que, en los casos de personas mayores, los centros geriátricos serían los más adecuados.

En todo caso, eso lo determinaría el juez, que es el que tiene la última palabra sobre los elementos del internamiento en cuestión.

“En la misma resolución que acuerde el internamiento se expresará la obligación de los facultativos que atiendan a la persona internada de informar periódicamente al tribunal sobre la necesidad de mantener la medida, sin perjuicio de los demás informes que el tribunal pueda requerir cuando lo crea pertinente” (art. 763.4 Ley de Enjuiciamiento Civil).

La información de este artículo es genérica. Aconsejamos consultar con profesionales del derecho especializados en esta rama.

¿Quieres saber más? Haz clic aquí.

BIBLIOGRAFÍA

-Deus Yela, J; Deví Bastida, J.; Sáinz Pelayo, M. P. (2018). Neurología de la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Editorial Síntesis.

-Código de Derecho Civil. Decreto 1836/1974, de 31 de mayo. BOE-A-1974-1083.

-Herández-Lahoz, C., López-Pousa, S. (2016). Alzheimer. Guía práctica para conocer, comprender y convivir con la enfermedad. Oviedo: Ediciones Nobel.

-Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil. BOE núm.7, de 8 de enero de 2000.

Cristina Sánchez y Miguel Ángel Maroto- Testamento, tutor legal y poderes en pacientes de demencia. 

 

El de hoy no es un tema cómodo de tratar, pero sí muy necesario: la vertiente legal de las demencias.

Conviene afrontarlo cuanto antes, ya desde las primeras fases de la enfermedad. Aquí es cuando el paciente se encuentra en mejores condiciones para decidir. Si tu familiar ya ha pasado esa fase lo puedes abordar también: en cualquier caso, os recomendamos que no lo dejéis más tiempo.

 

Los aspectos legales pueden ser motivo de inquietud en el enfermo y de disputas y desencuentros en la familia. La correcta resolución de estos temas es una fuente de tranquilidad para todos.

En este artículo haremos una primera aproximación sobre este tema, para el que aconsejamos asesoramiento legal específico, precisamente por su delicadeza.

Nos centraremos en los recursos legales que el propio enfermo debe conocer en ese momento en que ya ha sido diagnosticado pero conserva su lucidez. Si puede y quiere, es conveniente que utilice esas herramientas legales.

 

¿A QUÉ NOS REFERIMOS, EN CONCRETO?

A aquellas decisiones que toda persona con plena capacidad de obrar puede ejercer pero que, en la situación del enfermo de Alzheimer, cobran aún una mayor relevancia.

Dicho esto, nos vamos a aproximar a estas tres figuras jurídicas:

  1. Los poderes generales preventivos.
  2. La autotutela.
  3. El testamento.

Además, tocaremos un cuarto concepto: la invalidez laboral. Es un aspecto interesante si el enfermo estaba aún en activo en el momento en que se diagnosticó la enfermedad.

Existe un último tema importante: el acto de voluntades anticipadas o testamento vital. Está vinculado a los tratamientos médicos y conviene conocerlo bien, por lo que le dedicaremos un artículo en particular.

 

  1. LOS PODERES GENERALES PREVENTIVOS.

El contrato de mandato está regulado en el Código Civil en los artículos 1709-1739. “Por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra” (art. 1079 del Código Civil).

Este contrato puede ser privado o público; expreso o tácito.

Los “poderes” son contratos de mandato públicos que se realizan por medio de documento notarial. Como en cualquier poder, el poderdante da al apoderado la capacidad para actuar en su nombre. Desde este momento, sus actuaciones se convierten en las actuaciones del que dio el poder, con todas las repercusiones legales que estén asociadas.

Dicho de otro modo, los poderes dan a otra persona la capacidad para actuar en tu nombre.

Los poderes pueden ser especiales (si sólo aplican a un ámbito específico de actuación) o generales (cuando se le da al otro un poder de representación legal sea total). En el caso de los pacientes de Alzheimer, estaríamos hablando de un poder general.

El poder se puede revocar en cualquier momento.

El poder general preventivo es un tipo de poder que, precisamente, se activa en el momento de la incapacitación, no antes.

El notario Fernando Gomá Lanzón en su blog (16 de octubre de 2018) señala que el asunto fundamental de los poderes generales preventivos es,precisamente, cuándo entran en vigor. Es decir, la persona que da el poder a otra no quiere que el apoderado pueda actuar inmediatamente, sino desde (y sólo desde) su incapacidad.

Por este motivo, Fernado Gomá nos explica su forma de actuar: requerir un grado de discapacidad igual o superior al 33% avalado por certificado médico que así lo acredite.

De esto no dice nada la norma. Será el paciente el que deba decidir, en último término, sobre los elementos específicos para la activación del poder general preventivo.

Todo ello dará seguridad a todas las partes y favorecerá que ese aspecto no sea motivo de problemas personales y familiares, que serían perjudiciales para el apoderado (que en muchas ocasiones será el cuidador principal), para las relaciones intrafamiliares y, en definitiva, para el propio enfermo.

 

  1. LA AUTOTUTELA.

¿Qué es? Designar un tutor para uno mismo.

Por ejemplo, Juan tiene tres hijos y dos de ellos viven fuera de España. El tercero vive con él y es quien le cuida. Juan puede decidir que su tutor sea el hijo con el que convive porque para firmar cualquier papel en su nombre va a ser mucho más fácil que lo haga este hijo a que lo hagan los tres. Es un tema que conviene hablar también en familia para que sea lo más consensuado posible.

Con esta figura nos aseguramos que el juez, en caso de incapacitación, tendrá que atenerse a lo que hubiera dicho el paciente (también llamado «autotutelado»). Es decir, se respetará lo que la persona decidió cuando aún podía hacerlo.

Así queda recogido en el reformado artículo 224 del Código Civil, que dice que, en orden de prelación, el juez preferirá en primer lugar al designado por el propio tutelado.

Esta figura surge de la modificación del artículo 223 del Código Civil por la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de la modificación del Código Civil, de la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria con esta finalidad.

En el párrafo 2º del artículo 223 reformado se dice: “Asimismo, cualquier persona con la capacidad de obrar suficiente, en previsión de ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá en documento público notarial adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona o bienes, incluida la designación de tutor”.

¿Puede una persona designar a la vez un poder notarial preventivo y una autotutela? Sí.

Si no se realiza el acto de autotutela, el juez no está obligado por los poderes generales preventivos. De hecho, una de las formas de extinción de dicho poder es el nombramiento de un tutor. Una vez nombrado dicho tutor, éste puede revocar el poder general.

En realidad, son dos recursos legales que se refuerzan mutuamente. Esto es bueno que lo conozca el enfermo y la persona elegida para su cuidado, así como el resto de familia cercana.

Es útil saber que se puede prever una remuneración para el elegido como tutor desde el momento de la incapacitación, así como tomar decisiones respecto a quién quiere el enfermo que le cuide o gestione su patrimonio.

 

3. EL TESTAMENTO

 

Es el acto jurídico más conocido de los que estamos viendo. Es muy importante que el enfermo sepa que “el testamento es un acto personalísimo: no podrá dejarse su formación, en todo ni parte, al arbitrio de un tercero, ni hacerse por medio de comisario o mandatario” (art. 670 Código Civil).

No lo podrá modificar ni el apoderado ni el tutor.

Debe ser él y solo él el que realice el testamento de acuerdo con su voluntad. En otro caso, como dicta la ley (art. 658 Código Civil), será la propia ley la que marque la sucesión.

Y también debe saber que, una vez que la enfermedad le arrebate “su cabal juicio” (art. 663) será incapaz para realizar el testamento válido e inatacable. Pero “el testamento hecho antes de la enajenación mental es válido” (art. 664 Código Civil).

 

 

LA INVALIDEZ LABORAL

No es lo más frecuente, pero la enfermedad de Alzheimer se puede manifestar desde edades en las que la persona está en activo. Si sucede, el enfermo y su familia deben saber que, dependiendo de la edad del trabajador y del tiempo cotizado, podrá recibir la prestación social.

Un requisito necesario será siempre la declaración de invalidez por un tribunal médico establecido.

Existe varios niveles de declaración de invalidez: parcial, total, absoluta y gran invalidez, dependiendo de si:

A. La invalidez es para hacer una determinada parte o aspecto del trabajo que se realiza, pero no para otros.

B. Si no puede seguir realizando su trabajo en absoluto.

C. Si no puede realizar ningún trabajo.

D. Si su situación requiere, además, una dependencia importante o esencial.

En el caso de la enfermedad de Alzheimer siempre será, como mínimo, total. Y dependiendo de su estadio, será absoluta y, en los más graves, gran invalidez. En este caso la pensión será del 150% de la base reguladora.

En todo caso, los cálculos concretos son complicados y lo que se aconseja es que el enfermo, o su familia, o ambos, se asesoren.

¿Quieres saber más?

¡Haz clic aquí!

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Deus Yela, J; Deví Bastida, J.; Sáinz Pelayo, M. P. (2018). Neurología de la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Editorial Síntesis.

Código de Derecho Civil. Decreto 1836/1974, de 31 de mayo. BOE-A-1974-1083.

Herández-Lahoz, C., López-Pousa, S. (2016). Alzheimer. Guía práctica para conocer, comprender y convivir con la enfermedad. Oviedo: Ediciones Nobel.

Vila Miravent, J. (2011). Guía práctica para entender los comportamientos de los enfermos de Alzheimer. Barcelona: Ediciones Octaedro.

https://hayderecho.expansion.com/2018/10/16/los-poderes-preventivos-ante-notario-regulacion-actual-y-en-el-anteproyecto-de-reforma-de-la-discapacidad/

https://www.miasesorlaboral.es/cuanto-tiempo-se-exige-para-cobrar-una-incapacidad/#:~:text=INCAPACIDAD%20PERMANENTE%20TOTAL%2C%20ABSOLUTA%20Y%20GRAN%20INVALIDEZ,-Aqu%C3%AD%20hay%20que&text=%E2%80%93%20Si%20tiene%20menos%20de%2031,hecho%20causante%20de%20la%20pensi%C3%B3n.

 

 

 

Marta Tato y Miguel Ángel Maroto- Allí donde no llegan las pastillas.

TERAPIAS NO FARMACOLÓGICAS EN DEMENCIA

 

¿Has oído hablar de la TERAPIA DE REMINISCENCIA?

Es una terapia no farmacológica, es decir, que no se basa en medicación y que aporta beneficios a los pacientes de demencia. Hoy vamos conocerla mejor.

Empecemos por el principio. Hay tres conceptos clave que debemos tener claros: memoria, demencia y depresión. Vamos a acercarnos a su definición de un modo sencillo.

 

1. MEMORIA.
Es un proceso psicológico que sirve para adquirir, almacenar y recuperar información codificada.
Su buen funcionamiento depende de tres pasos:

1. Codificar la información que nos llega de los sentidos.
2. Almacenar esta información.
3. Recuperar la información cuando la necesitamos (Ballesteros, 1999).

 

2. DEMENCIA.
Es la pérdida progresiva de funciones mentales (memoria, orientación, razonamiento, juicio…) producida por diversos tipos de lesiones orgánicas del cerebro.
Este proceso reviste la suficiente gravedad como para que afecte al normal desenvolvimiento del paciente en la sociedad o en la familia (Mabel y Yadira, 2015).

 

3. DEPRESIÓN.
Es un trastorno del estado de ánimo donde hay desinterés o falta de motivación por las actividades habituales. También se caracteriza por tener un pensamiento pausado y, a menudo, por síntomas de retraso psicomotor.
Cuando aparece en personas mayores, se debilitan las funciones psicológicas y fisiológicas de la persona. ¿Qué ocurre si no tratamos la depresión adecuadamente? Que aumenta el deterioro social, cognitivo y funcional del paciente (Chilón, Alex y López, 2018).

 

¿HAY ALGUNA RELACIÓN ENTRE LA DEMENCIA Y LA DEPRESIÓN?

Claramente, sí. Se sabe que ambas guardan una relación significativa.
Hay alteraciones en la conducta de los pacientes con depresión que se pueden observar también frecuentemente en pacientes con demencia.
Por ejemplo, insomnio, lloro, tristeza, desesperanza, ansiedad, pérdida de interés y de energía, apatía, falta de motivación… todo ello, acompañado de abundantes quejas cognitivas (Fanch, Reglá y Pousa, 1999).

 

¿PODEMOS REDUCIR LA SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA EN PACIENTES CON DEMENCIA?

Aunque no existe cura para las demencias sí hay tratamientos que pueden aminorar los síntomas o disminuir su progreso (Cervantes, 2018).Una gran herramienta para lograrlo son las Terapias no Farmacológicas (TNF), así que vamos a conocerlas mejor.

Las TNF comenzaron a aplicarse en las demencias para paliar los efectos de estos procesos, a falta de tratamientos curativos. Hay numerosos estudios que afirman los beneficios de combinar un tratamiento farmacológico (medicación) a la vez que aplicamos TNF. Es decir, con esta combinación de tratamientos se pueden abordar los síntomas cognitivos y conductuales y estimular a los pacientes.

 

¿QUÉ LOGRAMOS CON LAS TNF?

Conseguimos que el paciente mejore la calidad de vida, la cognición, las actividades de la vida diaria (AVD), la conducta, la afectividad, el dominio físico-motor, el bienestar y calidad de vida del cuidador que le acompaña (Cervantes, 2018).

Es decir, son mejoras muy relevantes tanto para él o ella como para la persona que le cuida. Eso sí, es de gran importancia adaptar las TNF a las características de la persona a la que se dirige (Cervantes, 2018).

 

¿QUÉ TNF HAY?

Vamos a conocer algunas de ellas (Muñiz, Olazarán et al.,2015):

– Estimulación cognitiva:

Se basa en técnicas y estrategias para mejorar el rendimiento y eficacia de capacidades cognitivas como la memoria, la atención o la percepción.

– Ayudas externas:

Utilizamos materiales o dispositivos que sustituyen algunas de las capacidades cognitivas perdidas. Así podemos mantener actividades funcionales o sociales relevantes para el enfermo. Por ejemplo, pueden ser cosas tan sencillas como el uso de agendas para recordar citas o de avisadores para tomar la medicación.

– Terapia de orientación a la realidad (TOR).

Disminuye la angustia que produce en el paciente la desorientación. La persona puede sentirse fatal por ser consciente de que no es capaz de saber en qué año estamos; o por no recordar dónde está la panadería de su pueblo.
Con esta terapia conseguimos que siga conectado a su realidad y evite el aislamiento.

– Entrenamiento de actividades de la vida diaria (AVD).

Las AVD son las actividades son las básicas de una persona: levantarse, vestirse, etc. El objetivo es dar la mayor independencia posible a la persona. Si la ofrecemos la mínima ayuda necesaria para que pueda hacerlo solo, mantendrá la mayor autonomía posible.

– Musicoterapia.

Nos valemos de la música de forma activa o pasiva para estimular las capacidades cognitivas, provocar un refuerzo afectivo y sentimientos positivos. Además, si se acompaña de baile suave, se puede mejorar el estado físico. Es habitual usar canciones de cuando la persona era niño o joven o canciones que tengan un significado especial en su vida.

– Ejercicio físico.

Con ayuda de un profesional, guiamos a la persona para que haga un ejercicio aeróbico suave. Así logramos mejorar la resistencia, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. Es importante mantenerse lo más en forma posible en todas las edades.

– Relajación.

Nos ayuda a liberar al paciente de la tensión muscular y la ansiedad. Puede usarse música, ejercicios guiados…

– Exposición.

Las personas con demencia suelen sentir mucho miedo: ¿qué hago si me pierdo?; ¿cómo voy a estar dentro de unos años?; ¿quién va a cuidar de mí….?
Ayudamos a afrontar el miedo de estar frente a situaciones o pensamientos que causan angustia. Lo hacemos exponemos al miedo de manera gradual y regular y, sobre todo, dando mucho refuerzo positivo por cada paso logrado.

– Técnicas de comunicación.

Utilizamos mensajes claros y precisos para que el paciente entienda lo que le estamos transmitiendo. En estas técnicas el lenguaje no verbal y mantener el contacto ocular son muy importantes.

– Reminiscencia.

Nos ayudamos de acontecimientos o experiencias del pasado remoto de la persona para mejorar sus capacidades actuales (los juegos de cuando era niño; el día que se casó; un viaje que hizo y del que guarda un recuerdo bonito…)

Vistas las TNF, ahora vamos a explicar la terapia de reminiscencia más detalladamente.

 

TERAPIA DE REMINISCENCIA EN DEMENCIA

La terapia de reminiscencia se basa en reforzar el mantenimiento de la memoria a largo plazo. La terapia de reminiscencia es una buena estrategia para frenar el deterioro de la calidad de vida en pacientes con demencia.

Veamos algunos ejemplos

• Podemos usar materiales como artículos de periódicos del pasado, fotografías, vídeos, juegos o recetas de cocina o música, entre otros (Cervantes, 2018).

Una actividad muy bonita es construir un “libro de Memorias”.

Implica recordar y registrar, por lo menos, cinco acontecimientos positivos de la persona (nacimiento de los hijos, anécdotas vividas con sus amigos cuando era joven, recuerdos bonitos de su profesión…) Para definir estos acontecimientos pueden colaborar personas significativas (hijos, cónyuge, amigos).
El libro puede realizar en formato digital o en papel y los acontecimientos pueden plasmarse por escrito o recurrir a materiales como fotografías, facilitando así la evocación de los acontecimientos.
Finalmente, se procede a realizar repasar lo vivido y estimular a la persona (Alfonso, Duarte, Pereira, y da Graça Esgalhado, 2010).

 

¿QUÉ BENEFICIOS APORTA LA TERAPIA DE REMINISCENCIA?

• Mejora el funcionamiento social, optimizando así las relaciones sociales y familiares.
• Reduce las conductas problemáticas en el enfermo.
• Estimula la identidad y el valor personal, creando satisfacción y bienestar.
• Establece conexiones entre el pasado, presente y futuro de la persona, reduciendo la desorientación.
• Reduce la sintomatología depresiva, mejorando el estado de ánimo y aumentando la autoestima.
• Mejora las capacidades cognitivas, como el lenguaje y la memoria.
• Mejora la adaptación a las actividades del día a día.

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alfonso, R. M., Duarte, E., Pereira, H., y da Graça Esgalhado, M. (2010). Construcción de un programa individual de reminiscencia para mayores con demencia residentes en una institución. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 2(1), 643-650.

Ballesteros, S. (1999). Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4), 705-723.

Cervantes Guerrero, M. D. M. (2018). Propuesta de un programa de estimulación cognitiva centrado en reminiscencia.

Chilón, Y., Alex, R., y López Alvarez, D. M. (2018). Efectividad de la terapia de reminiscencia para disminuir la depresión en pacientes adultos mayores.

Franch, J. V., Reglà, J. L., y Pousa, S. L. (1999). Depresión y demencia. Rev Neurol, 29, 599-603.

Mabel, G. P., y Yadira, P. C. (2015). La depresión en el cuidador principal de adultos mayores con enfermedad de Alzheimer leve y moderada. In Convención Salud 2015.

Muñiz, R., Olazarán, J. et al. (2015). Mapa de Terapias No Farmacológicas (TNF) para demencias tipo Alzheimer. Guía de iniciación técnica para profesionales. Editado por el Centro de Referencia Estatal (CRE) de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras demencias de Salamanca.

Alejandro Villel y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Beneficios de los animales de compañía en personas mayores.

 

BENEFICIOS DE LOS ANIMALES DE COMPAÑÍA EN PERSONAS MAYORES.

En España hay 2,3 millones de personas mayores de 65 años que viven solas. Todos los que convivimos con animales de compañía sabemos el importante rol que juegan en nuestra vida: amistad, compañía, amor… (Hirschman, 1994).

Esto es especialmente importante en el colectivo de las personas mayores, especialmente si viven solas. Les hacen sentirse más felices, más útiles y mejoran su salud.

PERO, ¿POR QUÉ DISFRUTAMOS DE LA COMPAÑÍA DE LOS ANIMALES?

Según Archer (1996) los humanos tenemos mecanismos que favorecen que las personas cuidemos animales y continuemos haciéndolo a lo largo del tiempo.

El cariño de las mascotas podría suplir relaciones incondicionales que, a veces, no se encuentran en los vínculos humanos. Es una de las razones por las cuales personas mayores o solteras, a veces, tienden a tener animales como sustitutos de otras relaciones humanas, como las parejas.

Podemos concluir, basándonos en Beck y Katcher (1996), que “las mascotas no son sólo un sustituto de las relaciones humanas, sino que las complementan, añadiendo una única y especial dimensión a la vida humana”.

Las mascotas siempre están para proporcionar ese cariño y esa escucha incondicional que ayuda a superar los tiempos difíciles. Nunca juzgan a sus dueños.

En conclusión, ese animal que se encuentra a nuestro lado es un pilar social y emocional. Todas las experiencias positivas que vivimos juntos ayudarán a fortalecer nuestro yo interno.

 

Y, ¿EN EL CASO DE LOS MAYORES?

Los animales mejoran la vida de las personas mayores:

  • Los dan una ocupación (alimentarles, jugar con ellos…)
  • Los mantienen activos, por ejemplo, al tener que salir a pasear en el caso de los perros.
  • Los proporciona una herramienta muy útil de cara a la interacción social, ya que los animales se relacionan con otros en el parque y las personas, a su vez, con los diferentes dueños.

Una vez llegamos a la edad madura y la ancianidad, nos enfrentamos a muchos desafíos:

  • La jubilación, que proporcionará un exceso de tiempo libre y, por tanto una continua evaluación de la propia identidad acompañado de sedentarismo.
  • Cambios físicos en los cuales notamos más fragilidad.
  • Posibles enfermedades que nos deterioren aspectos cognitivos y sensitivos restándonos autonomía y llegando a depender de familiares.

Es aquí donde entra el papel de los animales. Contribuirán a eliminar el sedentarismo que predomina en estas edades, creando una nueva obligación: la de salir a pasear con ellos, manteniendo la activación física y contribuyendo a tener una mente más libre y saludable.

El resultado será un estado emocional más positivo, eliminando un exceso de pensamientos y evaluaciones relacionados con la muerte o la pérdida de seres queridos. Una mente positiva es una mente saludable.

 

Y AHORA TE PREGUNTARÁS, ¿A QUÉ SE DEBE ESTE VÍNCULO HUMANO-ANIMAL?

Existen numerosos estudios y teorías que explican estos efectos, pero vamos a nombrar tres de los más reconocidos como referencia:

  • Teoría de la Biofilia (Wilson 1984): el ser humano tiene de manera innata un gran interés por la naturaleza y su entorno, lo que incluye a los animales. Ese interés está relacionado con la supervivencia, ya que sirve para predecir los peligros.
  • Teoría del Sistema de Apego (Cassidy and Shaver, 1999): explica la necesidad de afiliación del ser humano, siendo un rasgo universal el de relacionarse no únicamente con humanos, sino también con otras especies. Con ellas formamos lazos de apego como si de un familiar con consanguineidad se tratara.
  • Por último, la tendencia también innata del humano de cuidar a otros (Brown, Penner, and Brown 2012) que puede ser trasladado al cuidado animal para satisfacer esa parte interna que poseemos.

 

¿QUÉ ANIMALES DE COMPAÑÍA TENER?

Todo animal de compañía es positivo: un gato, un perro, un pájaro, un pez en un acuario o una tortuga… Todos generan responsabilidad y hábitos en su cuidado y aportan compañía, cada uno a su manera.

El perro es uno de los animales más beneficiosos a la hora de enfrentarse a la soledad, ya que genera mucha interacción con el dueño. Se convierte en una grandísima fuente de distracción a la vez que aumenta la seguridad de la persona. Todo esto tiene como resultado un gran aumento de autoestima.

Otra ventaja del perro como animal de compañía es su facilidad de adquisición: siempre es más fácil y económico conseguir un perro y cuidarlo que un caballo…

Sin embargo, no siempre es la mascota perfecta. Una persona con problemas de movilidad probablemente necesitará un animal con distintas necesidades, como un gato.

Hoy en día existen muchas casas y organizaciones de adopción de animales en las cuales se podrá adoptar a un perro o un gato como compañero. Nuestro nuevo amigo estará enormemente agradecido de que se le brinde la oportunidad de salir a vivir una vida.

El perro, además, será un facilitador para las interacciones sociales futuras.

 

EN CONCLUSIÓN

El animal de compañía es una herramienta muy potente para afrontar la soledad.

Aquellas personas que aún se sienten autónomas para vivir en su casa y no tienen familia o la tienen lejos obtendrán todos sus beneficios de manera más que inmediata: un animal que te exprese su gratitud y su cariño te ayudará a ser más feliz y saludable.

El estudio de Signes Llopis (2009) dice que: “el contacto con animales no solo influye en la recuperación de enfermedades cardiovasculares, sino que incluso puede llegar a prevenirlas; la observación implícita o el estar en presencia de animales tiene un impacto directo en la respuesta fisiológica y menor depresión”.

Puedes juzgar el verdadero carácter de un hombre por la forma en que trata a sus compañeros animales (Paul McCartney)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Archer, J., y Winchester, G. (1994). Bereavement following death of a pet. British Journal of Psychology, 85(2), 259-271. Recuperado de

http://search.proquest.com/docview/1293710400?accountid=14777

Beck, A. M., y Katcher, A. H. (1996). Between pets and people. West Lafayette, IN: Purdue University Press.

Brown, S. L., Penner, L. A., and Brown, R. M. (2012). Moving Beyond Self-interest: Perspectives from Evolutionary Biology, Neuroscience, and the social Sciences.

Cassidy, J. and Shaver, P. R. (1999). Handbook of attachment. Theory, Research, and Clinical Applications.

Ada Inés Simmonet Conde y  Miguel Ángel Maroto Serrano-Hay atajos para la felicidad y el baile es uno de ellos.

 

BENEFICIOS DE LA DANZA EN PERSONAS CON DEMENCIA.

Tradicionalmente, los tratamientos para las demencias (Alzheimer u otras) se han venido centrando en el uso de fármacos. Sin embargo, esta tendencia está cambiando: actualmente se conoce el alto valor que los tratamientos que ven a la persona como un todo pueden aportar a los pacientes con demencia.

Las personas somos un todo, una suma holística de nuestros procesos físicos, emocionales, sociales y cognitivos (Kitwood, 1997).

Hay una creciente literatura cinetífica que respalda la aplicación de las terapias artísticas en personas con demencia. ¿Por qué? Porque estas terapias, además de reducir el riesgo de demencia y ralentizar la enfermedad, son un medio de conexión entre personas (Palo-Bengtsson, 2002; Verghese, 2003; Hayes, 2011; Vink, 2011).

¿QUÉ ES LA DANZA-MOVIMIENTO TERAPIA?

Tras este nombre tan largo  tenemos un concepto sencillo: la terapia que utiliza el movimiento como medio para comunicarnos.

La Danza-Movimiento Terapia (DMT, para abreviarlo) es una especialidad en psicoterapia que utiliza la creatividad que todos tenemos. Veamos cómo describen esta terapia los especialistas:

  • Esta terapia busca la integración cuerpo-mente del individuo (Bernstein, 1979; extraído de Panhofer, 2005).
  • El movimiento y la danza son un medio para lidiar con los conflictos emocionales o psicológicos.
  • Todo movimiento corporal puede provocar cambios en la mente. Es decir, tenemos dos beneficios a la vez: promovemos la salud y el crecimiento personal.

(Extraído de la Asociación Española de profesionales en Danza Movimiento Terapia).

 

¿QUÉ BENEFICIOS TIENE LA DMT PARA LA DEMENCIA?

Cuando la ponemos en marcha toma se convierte en una importante herramienta para los pacientes: mejora su percepción corporal, su empatía y su sensibilidad ante aspectos no verbales, tanto de la relación con otras personas como con el ambiente (Hill, 2008).

Ayuda a retrasar el deterioro cognitivo, mejorar el estado de ánimo y aumentar la interacción social debido a:

  • El uso del movimiento, siendo a la vez ejercicio y baile.
  • El uso de la música.
  • La relación terapéutica.
  • Sus beneficios específicos.

(Karkou y Meekums, 2017).

 

MEJORAS FÍSICAS.

La DMT utiliza el cuerpo y fomenta el movimiento entre participantes, así que genera cambios fisiológicos asociados a la práctica de ejercicio. Tiene  efectos positivos a nivel físico y en la cognición (Colcombe, 2003).

Ciertas formas de baile, como el tango, pueden incluso mejorar los síntomas de los pacientes con Parkinson, en especial el equilibrio y la marcha (Hackney, 2007; Hackney, 2010).

De hecho, el tango tiene muchos elementos en común con la DMT como movimientos iniciales y finales, rango de velocidades, variación rítmica… (Hackney, 2010).

¡

ALGUNOS CONCEPTOS TÉCNICOS

Lo que diferencia a la DMT del baile es el establecimiento de una buena relación terapéutica.

¿Qué es la relación terapéutica? Una forma de psicoterapia que puede ser un agente clave para el cambio (Norcross, 2011; Macaskie, 2012). El término embodiment es utilizado en la psicoterapia verbal para referirse a la relación terapéutica (Macaskie, 2012), en la que el conocimiento relacional implícito y la memoria corporal implícita participan de manera conjunta. Este término procedente del campo de la somática, que es fundamental en la DMT, pone énfasis en la vivencia práctica desde la corporalidad de la persona (Schiphrost, 2007).

La empatía, como componente central de la relación terapéutica, se utiliza en la DMT como una forma de entendimiento sofisticada y kinestésica (Meekums, 2012).

 

BAILE Y DMT, ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS?

En la DMT los participantes se centran en el movimiento creativo en lugar de aprender pasos con la música.

Por lo tanto, se esperan beneficios adicionales más allá de los que se espera con el ejercicio físico o clases de baile.

Según algunos estudios el cambio terapéutico puede estar asociado con algunas características específicas de la DMT, cómo el embodiment, creatividad e improvisación, imaginación basada en el movimiento, el uso del movimiento simbólico y el uso del movimiento cómo metáfora (Karkou, 2006).

 

¿Y CÓMO AYUDA A LAS PERSONAS CON DEMENCIA?

En la demencia, la memoria corporal puede ayudar la reminiscencia (Woods, 2009).

El movimiento simbólico sirve para comprender la comunicación (Meekums, 2002) y puede ser útil para personas con demencia (Young, 2011).

La creatividad y la improvisación del movimiento permiten a los participantes conectar consigo mismos y con los demás, además de retrasar el deterioro cognitivo (Karkou, 2006).

El uso de metáforas y símbolos pueden ser de ayuda para no pensar en los recuerdos y sentimientos que producen ansiedad y sirven para modificarlos a otros más seguros y tranquilizadores (Karkou, 2006; Meekums, 2002).

 

MÚSICA, MAESTRO!

Aunque la música no es imprescindible, es frecuente que los terapeutas la utilicen en sus sesiones. La musicoterapia es una terapia estrechamente relacionada con la DMT y puede tener también efectos positivos en la reducción de síntomas conductuales asociados con la demencia (Vink, 2011).

 

DISEÑO DE UNA SESIÓN: 1, 2, 3… ¡A BAILAR!

Antes del inicio de cada sesión tenemos que tener claro el objetivo que buscamos, que debe centrarse en las necesidades tanto del grupo como de cada persona.

  1. Introducción:
  • Saludo corporal y también verbal, si fuera necesario.
  • Pequeño calentamiento con reconocimiento corporal.
  1. A partir de una propuesta inicial se desarrollan las actividades que van evolucionando según las circunstancias del grupo:
  • Incorporación del espacio.
  • Utilización de la voz y accesorios (instrumentos, etc.)
  1. Cierre:
  • Relajación
  • Despedida final de manera corporal y verbal (en caso de ser posible)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Asociación de Danza Movimiento Terapia, ADMTE (2012). ¿Qué es la DMT? Recuperado de: https://www.danzamovimientoterapia.com/index.php/sample-sites/que-es-dmt

Colcombe, S. y Kramer, A.F. (2003). Fitness effects on the cognitive function of older adults: a meta-analytic study. Psychological Science, 14(2):125–30.

Hackney, M.E., Kantorovich, S., Levin, R. y Earhart, G.A. (2007). Effects of tango on functional mobility in Parkinson’s disease: a preliminary study. Journal of Neurologic Physical Therapy, 31(4):173–9.

Hackney, M.E. y Earhart, G.A. (2010). Effects of dance on balance and gait in severe Parkinson disease: a case study. Disability and Rehabilitation, 32(8):679–84.

Hill, H. (2008). Danzando con esperanza. La DMT con personas afectadas por demencia. En H. W. Chaiklin, La vida es danza (págs. 197-212). Barcelona: Gedisa.

Instituto de Mayores y Servicios Sociales, IMSERSO (2011). Guía Danza Creativa Terapéutica (1ª edición). Recuperado de: http://www.crealzheimer.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/guadanzacreaticaterapeutica.pdf

Karkou, V. y Sanderson, P. (2006). Arts Therapies: A Research‐Based Map of the Field. Edinburgh: Elsevier.

Karkou, V. y Meekums, B. (2017). Dance movement therapy for dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI: 10.1002/14651858.CD011022.pub2.

Kitwood, T. (1997). Dementia reconsidered: the person comes first. Buckingham: Philadelphia: Open University Press.

Norcross, J.C. y Wampold, B.E. (2011). What works for whom: tailoring psychotherapy to the person. Journal of Clinical Psychology: In Session, 67:127–32. DOI: 10.1002/ jclp.20764

Macaskie, J., Meekums, B. y Nolan, G. (2012). Transformational education for psychotherapy and counselling: a relational dynamic approach. British Journal of Guidance & Counselling, 41(4):351–62. DOI: 10.1080/ 03069885.2012.726348

Meekums, B. (2002). Dance Movement Therapy. London: Sage.

Meekums, B. (2012). Kinesthetic Empathy and Movement Metaphor in Dance Movement Psychotherapy. Reynolds, D. y Reason, M. (Eds.). Kinaesthetic Empathy in Creative and Cultural Practices. Bristol: Intellect Publishing.

Palo-Bengtsson, L. y Ekman, S.L. (2002). Emotional response to social dancing and walks in persons with dementia. American Journal of Alzheimer’s Disease and Other Dementias, 17 (3):149–53.

Panhofer, H. (2005). El cuerpo en psicoterapia. Barcelona: Gedisa.

Schiphorst, T. (2007). The Varieties of User Experience: Bridging Embodied Methodologies from Somatics and Performance to Human Computer Interaction. Recuperado de: http://www.sfu.ca/~tschipho/

Verghese, J., Lipton, R., Katz, M., Hall, C., Derby, C., Kuslansky, G., et al. (2003). Leisure activities and the risk of dement in the elderly. New England Journal of Medicine, 348: 2508–16.

Vink, A.C., Birks, J., Bruinsma, M.S. y Scholten, R.J.P.M. (2011). Music therapy for people with dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI:10.1002/14651858.CD003477.pub2.

Woods, B., Spector, A.E., Jones, C.A., Orrell, M. y Davies, S.P. (2009). Reminiscence therapy for dementia. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI:10.1002/14651858.CD001120.pub2

Young, T.J., Manthrop, C., Howells, D. y Tullo, E. (2011). Developing a career communication intervention to support personhood and quality of life in dementia. Ageing and Society, 23(7):1003‐25.

Lucía Sagrado Amador y Miguel Ángel Maroto Serrano – La técnica REVISEP

Leer más